Una de las mejores versiones del Emelec 2017 (en defensa y creación) fracasó en su intención de convertirse en el nuevo líder del campeonato ecuatoriano de fútbol, por dos aspectos fundamentales: las acertadas intervenciones del arquero Johan Padilla y los escandalosos errores en definición de los integrantes del 'Bombillo'.
Los ‘militares’, que apenas inquietaron a Esteban Dreer con un disparo de media distancia de Pedro Larrea, ubicaron un infranqueable muro defensivo, que en ocasiones llegó a estar compuesto hasta con diez elementos.
Los ‘militares’, que apenas inquietaron a Esteban Dreer con un disparo de media distancia de Pedro Larrea, ubicaron un infranqueable muro defensivo, que en ocasiones llegó a estar compuesto hasta con diez elementos.
El Emelec arrollador que en los primeros minutos encerró a su rival en el último cuarto de cancha pareció perder motivación con cada atajada de Padilla, quien tuvo en los jugadores ‘eléctricos’ a sus mejores aliados para erigirse en la figura del encuentro. Cuando Osbaldo Lastra, Fernando Pinillo y Bryan Angulo se encontraron solos contra él, definieron al cuerpo del guardameta.
Ayrton Preciado, la revelación en el arranque del torneo, volvió a decepcionar. Apenas brindó una cuantas combinaciones efectivas por la banda izquierda con Marcos Mondaini, pero al promediar los primeros 20 minutos desapareció.
El técnico Alfredo Arias buscó alternativas en la banca. Le dio ingreso a Holger Matamoros, Jefferson Orejuela y Sebastián Píriz, pero el remedio resultó peor que la enfermedad.
Lejos de mejorar, el rendimiento de Emelec decayó notablemente. Sin ideas y con un fútbol cansino, desde las graderías se comenzaron a escuchar gritos de inconformidad, especialmente con el entrenador y el uruguayo Píriz.
Luego Arias diría que “en el fútbol no hay justicia”, pero quedó “conforme con el equipo”.
Ayrton Preciado, la revelación en el arranque del torneo, volvió a decepcionar. Apenas brindó una cuantas combinaciones efectivas por la banda izquierda con Marcos Mondaini, pero al promediar los primeros 20 minutos desapareció.
El técnico Alfredo Arias buscó alternativas en la banca. Le dio ingreso a Holger Matamoros, Jefferson Orejuela y Sebastián Píriz, pero el remedio resultó peor que la enfermedad.
Lejos de mejorar, el rendimiento de Emelec decayó notablemente. Sin ideas y con un fútbol cansino, desde las graderías se comenzaron a escuchar gritos de inconformidad, especialmente con el entrenador y el uruguayo Píriz.
Luego Arias diría que “en el fútbol no hay justicia”, pero quedó “conforme con el equipo”.
Fuente: Expreso