domingo, julio 30, 2006
Clásico del Astillero en New York : PATERNIDAD SIN FRONTERAS
Publicado a las 12:11:00 a. m. por Federico
Tweet
Corría la última quincena de Julio de 1992 y se había pactado un clásico del Astillero en Nueva York. Así es, por iniciativa de Jorge Mawyín, Gerente de J&B Enterprise en Nueva York y Walter Espinel en Guayaquil, se había acordado llevar la pasión de los equipos del Astillero a la capital del Mundo.
Como antecedentes teníamos que con motivo de la preinauguración del nuevo y remodelado Estadio Capwell, la dirigencia de Emelec tuvo la brillante idea de realizar la Cena del Recuerdo, en la cual uno de los actos más relevantes fue sin lugar a dudas el de festejar a sus ex jugadores que cimentaron la gloria y raíces del equipo de fútbol. La repatriación de aquellas viejas leyendas que tenían su residencia en el extranjero, estuvo a cargo de la Agencia de Viajes y Correo Internacional J&B Travel Agency, dirigida por Jorge Mawyin en New York y Walter Espinel en Guayaquil.
A raíz de aquello, Mawyin-Espinel se atrevieron a montar un clásico guayaquileño en Estados Unidos, con la finalidad de brindar una gran alegría a la inmensa colonia nacional residente en dicho país, lejanos y amados compatriotas que debieron dejar su patria en búsqueda de días mejores y en procura de una vida superior.
El cotejo fue pactado para el 30 de Julio de 1992 a las 19:00 de Ecuador, en el Downing Stadium, situado en Randall Island con capacidad para 20.000 espectadores.
Era un Clásico del Astillero histórico, el primero jugado en tierras extranjeras. Como dato adicional, el anterior Clásico amistoso a éste que se realizó en New York, había sido aquel partido jugado el 29 de Mayo de 1988 en el estadio Monumental del Salado.......el cual realmente es más salado que monumental.
Las delegaciones de Emelec y Barcelona partieron el 29 de Julio a las 13:00 en un airbus de Saeta, empresa que colaboró con algunos pasajes y la hermosa Copa que iba a ser entregada al ganador. Los equipos viajaron en el mismo avión, viviendo un ambiente de camaradería, el cual obviamente terminaría en el momento en que se encuentren frente a frente en la cancha.
La delegación de Emelec fue encabezada por Jorge Arosemena Gallardo y el Ab. Jorge Montenegro. El Cuerpo Técnico estaba comandado por Salvador Capitano y lo acompañaban Rubén Ciccapoli como Preparador Físico y el Utilero Víctor Hablici.
Los nombres de los jugadores son legendarios, Emelec estaba conformado por un equipo muy completo y equilibrado en todas sus líneas. Este equipo de 1992 demostró un nivel de juego espectacular, incluso más espectacular que el nivel de juego demostrado en el siguiente año y que lo llevó a dar la Vuelta Olímpica en Manta.
Jacinto “Chinto” Espinoza, Luis Enrique Capurro, Máximo Tenorio, Dannes Coronel, José Federico Minda, Marcelo “Pepo” Morales, Kléber “Cabezón” Fajardo, Ivo Ron, Marcelo “Bocha” Benítez, Vidal Pachito, Enrique Wilfrido “Flaco” Verduga, Emilio Valencia, Jesús “Jechu” Cárdenas, Angel “Cuchillo” Fernández, Eduardo Smith, Luis “Diablo” Castillo, Humberto Garcés, Jorge Campos y Miguel Banguera fueron los jugadores que viajaron y quedaron en la Historia de los Clásicos del Astillero.
Llegó la hora del partido, Jueves 30 de Julio de 1992 y ante 15.000 espectadores empieza el encuentro. Se vivía una gran expectativa en las tribunas, mucha gente había viajado desde Ecuador para juntarse con los residentes en Estados Unidos. El recordado Eduardo “Che” Pérez encabezaba la fiel y bullanguera barra emelecista, mientras que por los amarillos hacía lo propio Julio Espinoza “El hombre de la Campana”.
Emelec saltó al campo de juego con: Espinoza en el arco; Coronel, Tenorio, Minda y Capurro en la defensa; Morales, Fajardo, Ron y Benítez (Verduga 77”) en el medio campo; Fernández y Garcés en la delantera. D.T. Salvador Capitano.
Barcelona jugó con: Morales; Montanero, Noriega y Bravo; Alcívar, Rosero, Gómez, Insúa (B. Tenorio 74”) y Gavica; Carlos Muñoz (Guzmán 74”) y Gilson. D.T. Paulo César Carpeggiani.
El partido se tornó vibrante y muy equilibrado, registrándose jugadas de peligro por parte de ambos bandos. El desequilibrio llegó al minuto 49, luego de la ejecución de un saque lateral, Ivo Ron realiza una buena jugada, centra al área y Ángel “Cuchillo” Fernández cierra la pinza para convertir el único y definitivo gol ante la marca de Jimmy Montanero y el apremio de Carlos Luís Morales, un gol histórico que a la postre significaría el de la victoria.
Por aquella época era muy común que en los Clásicos se entonara un cántico que por esta ocasión ameritaba un pequeño cambio en la letra y que decía así……..”En Nueva York, también hay un Letrero, que dice Barcelona, Barcelona VALE HUEVO”. Las cargadas iban y venían, por ahí se llego a escuchar que era probable que se organizara el primer Clásico del Astillero en la Luna, para ver si los amarillos lograban sacarse la espinita.
Emelec colocó nuevamente muy en alto su nombre en la historia, al ganar el primer y hasta ahora único Clásico del Astillero jugado en el extranjero. Luis Capurro fue el encargado de recibir la Copa Saeta Internacional y luego como de costumbre, Emelec dio la Vuelta Olímpica en la cara de su eterno y amargado rival.
Y es que en mal momento la dirigencia amarilla aceptó enfrentarse a aquel equipo millonario de 1992. Equipo que con buen fútbol y toque ganaba los partidos dentro y fuera de Guayaquil, generando elogios por doquier por parte de toda la prensa deportiva especializada y que lastimosamente no pudo revalidar esa condición de favorito siendo campeón de ese año, pero como todo proceso, dio sus frutos con aquel bicampeonato de 1993 y 1994.
En las tribunas del Downing Stadium se vivía una verdadera fiesta, Emelec había repetido varios factores de aquel Mayo del `88 y volvía a dar la vuelta ante Barcelona.
La hinchada era un carnaval en las gradas, en la cancha se daba una gráfica que en la historia del fútbol ecuatoriano siempre se repitió, Emelec mostraba la máxima expresión futbolística del país y daba la vuelta junto a su hinchada.
Como antecedentes teníamos que con motivo de la preinauguración del nuevo y remodelado Estadio Capwell, la dirigencia de Emelec tuvo la brillante idea de realizar la Cena del Recuerdo, en la cual uno de los actos más relevantes fue sin lugar a dudas el de festejar a sus ex jugadores que cimentaron la gloria y raíces del equipo de fútbol. La repatriación de aquellas viejas leyendas que tenían su residencia en el extranjero, estuvo a cargo de la Agencia de Viajes y Correo Internacional J&B Travel Agency, dirigida por Jorge Mawyin en New York y Walter Espinel en Guayaquil.
A raíz de aquello, Mawyin-Espinel se atrevieron a montar un clásico guayaquileño en Estados Unidos, con la finalidad de brindar una gran alegría a la inmensa colonia nacional residente en dicho país, lejanos y amados compatriotas que debieron dejar su patria en búsqueda de días mejores y en procura de una vida superior.
El cotejo fue pactado para el 30 de Julio de 1992 a las 19:00 de Ecuador, en el Downing Stadium, situado en Randall Island con capacidad para 20.000 espectadores.
Era un Clásico del Astillero histórico, el primero jugado en tierras extranjeras. Como dato adicional, el anterior Clásico amistoso a éste que se realizó en New York, había sido aquel partido jugado el 29 de Mayo de 1988 en el estadio Monumental del Salado.......el cual realmente es más salado que monumental.
Las delegaciones de Emelec y Barcelona partieron el 29 de Julio a las 13:00 en un airbus de Saeta, empresa que colaboró con algunos pasajes y la hermosa Copa que iba a ser entregada al ganador. Los equipos viajaron en el mismo avión, viviendo un ambiente de camaradería, el cual obviamente terminaría en el momento en que se encuentren frente a frente en la cancha.
La delegación de Emelec fue encabezada por Jorge Arosemena Gallardo y el Ab. Jorge Montenegro. El Cuerpo Técnico estaba comandado por Salvador Capitano y lo acompañaban Rubén Ciccapoli como Preparador Físico y el Utilero Víctor Hablici.
Los nombres de los jugadores son legendarios, Emelec estaba conformado por un equipo muy completo y equilibrado en todas sus líneas. Este equipo de 1992 demostró un nivel de juego espectacular, incluso más espectacular que el nivel de juego demostrado en el siguiente año y que lo llevó a dar la Vuelta Olímpica en Manta.
Jacinto “Chinto” Espinoza, Luis Enrique Capurro, Máximo Tenorio, Dannes Coronel, José Federico Minda, Marcelo “Pepo” Morales, Kléber “Cabezón” Fajardo, Ivo Ron, Marcelo “Bocha” Benítez, Vidal Pachito, Enrique Wilfrido “Flaco” Verduga, Emilio Valencia, Jesús “Jechu” Cárdenas, Angel “Cuchillo” Fernández, Eduardo Smith, Luis “Diablo” Castillo, Humberto Garcés, Jorge Campos y Miguel Banguera fueron los jugadores que viajaron y quedaron en la Historia de los Clásicos del Astillero.
Llegó la hora del partido, Jueves 30 de Julio de 1992 y ante 15.000 espectadores empieza el encuentro. Se vivía una gran expectativa en las tribunas, mucha gente había viajado desde Ecuador para juntarse con los residentes en Estados Unidos. El recordado Eduardo “Che” Pérez encabezaba la fiel y bullanguera barra emelecista, mientras que por los amarillos hacía lo propio Julio Espinoza “El hombre de la Campana”.
Emelec saltó al campo de juego con: Espinoza en el arco; Coronel, Tenorio, Minda y Capurro en la defensa; Morales, Fajardo, Ron y Benítez (Verduga 77”) en el medio campo; Fernández y Garcés en la delantera. D.T. Salvador Capitano.
Barcelona jugó con: Morales; Montanero, Noriega y Bravo; Alcívar, Rosero, Gómez, Insúa (B. Tenorio 74”) y Gavica; Carlos Muñoz (Guzmán 74”) y Gilson. D.T. Paulo César Carpeggiani.
El partido se tornó vibrante y muy equilibrado, registrándose jugadas de peligro por parte de ambos bandos. El desequilibrio llegó al minuto 49, luego de la ejecución de un saque lateral, Ivo Ron realiza una buena jugada, centra al área y Ángel “Cuchillo” Fernández cierra la pinza para convertir el único y definitivo gol ante la marca de Jimmy Montanero y el apremio de Carlos Luís Morales, un gol histórico que a la postre significaría el de la victoria.
Por aquella época era muy común que en los Clásicos se entonara un cántico que por esta ocasión ameritaba un pequeño cambio en la letra y que decía así……..”En Nueva York, también hay un Letrero, que dice Barcelona, Barcelona VALE HUEVO”. Las cargadas iban y venían, por ahí se llego a escuchar que era probable que se organizara el primer Clásico del Astillero en la Luna, para ver si los amarillos lograban sacarse la espinita.
Emelec colocó nuevamente muy en alto su nombre en la historia, al ganar el primer y hasta ahora único Clásico del Astillero jugado en el extranjero. Luis Capurro fue el encargado de recibir la Copa Saeta Internacional y luego como de costumbre, Emelec dio la Vuelta Olímpica en la cara de su eterno y amargado rival.
Y es que en mal momento la dirigencia amarilla aceptó enfrentarse a aquel equipo millonario de 1992. Equipo que con buen fútbol y toque ganaba los partidos dentro y fuera de Guayaquil, generando elogios por doquier por parte de toda la prensa deportiva especializada y que lastimosamente no pudo revalidar esa condición de favorito siendo campeón de ese año, pero como todo proceso, dio sus frutos con aquel bicampeonato de 1993 y 1994.
En las tribunas del Downing Stadium se vivía una verdadera fiesta, Emelec había repetido varios factores de aquel Mayo del `88 y volvía a dar la vuelta ante Barcelona.
La hinchada era un carnaval en las gradas, en la cancha se daba una gráfica que en la historia del fútbol ecuatoriano siempre se repitió, Emelec mostraba la máxima expresión futbolística del país y daba la vuelta junto a su hinchada.