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sábado, septiembre 15, 2007
Para la Boca del Pozo de Quito, Emelec es una pasión
Publicado a las 10:08:00 a. m. por webmaster
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En 1988, los toreros organizaron un cuadrangular internacional para celebrar que tenían estadio propio (el Monumental fue preinaugurado en diciembre de 1987). En el camino quedaron Peñarol, de Uruguay, y el FC Barcelona, de España.
En la final, Emelec se quedó con el clásico al triunfar 1-0, con gol del uruguayo Rubén Beninca. Santiago Mafla asegura que pese a los 4 años que tenía en esa época, ese es uno de sus primeros recuerdos y el más hermoso de su vida. Ahora, con 22 años, estudia Administración de Empresas en la Universidad Central.
Santiago acude los viernes al parque Italia, donde se reúne la barra Boca del Pozo de Quito, que apoya a Emelec en los partidos que juega en la capital, en otras ciudades de la Sierra y suele viajar a Guayaquil.
En la final, Emelec se quedó con el clásico al triunfar 1-0, con gol del uruguayo Rubén Beninca. Santiago Mafla asegura que pese a los 4 años que tenía en esa época, ese es uno de sus primeros recuerdos y el más hermoso de su vida. Ahora, con 22 años, estudia Administración de Empresas en la Universidad Central.
Santiago acude los viernes al parque Italia, donde se reúne la barra Boca del Pozo de Quito, que apoya a Emelec en los partidos que juega en la capital, en otras ciudades de la Sierra y suele viajar a Guayaquil.
¿Por qué es hincha de Emelec y no de un club quiteño? Santiago responde: “Pensar así es regionalista; los azules son un sentimiento nacional. Yo soy quiteño, pero para mí el equipo eléctrico es una pasión inexplicable que está presente todos los días de mi vida”, confiesa orgulloso del tatuaje que tiene en la nuca y que dice “Boca del Pozo-Emelec”.
Así también piensa César Unda, guarandeño de 19 años, quien empieza la carrera en electrónica de la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE): “Vamos al Atahualpa y si salimos goleados eso no le importa a un emelecista de corazón, jamás nos importa”, manifiesta.
El sentimiento es compartido por Tatiana Jaramillo, ibarreña de 19 años.
Ellos no olvidan el triunfo de 3-0 en el Monumental, el 2006. “Llovía y llegaron los goles de Mondaini y Escalada. Estábamos mojados, pero felices”, recuerda Mafla.
Tomado de El Universo
