También tomó una polémica decisión, al exhibir tarjeta amarilla a Jorge Ladines, por fingir una falta, cuando el portero de Imbabura, Jerónimo Costas, lo tocó dentro del área, en un mano a mano que ambos sostuvieron.

El pésimo arbitraje permitió una quema exagerada de tiempo por parte de los jugadores de Imbabura, volviendo lento el trámite y perjudicando al equipo que tenía la intención de atacar.

Tampoco fue ecuánime el réferi cuando se trató de juzgar las acciones, pues permitió que el Imbabura ponga pierna fuerte y dejó jugar, mientras que los locales fueron sancionados en similares circunstancias.

A los 18 minutos de la segunda etapa, Emelec perdió a José Quiñónez, por una violenta entrada, sobre un rival, a esas alturas el árbitro había perdido totalmente el control del juego.

Y todos en el estadio se quedaron sorprendidos cuando el réferi expulsó a Carlos Juárez, quien dentro del área fue derribado y esperaban que se decrete el tiro penal, la decisión de Carpio fue exhibir la roja.

La tragedia de Emelec, parecía completa cuando ya con nueve hombres Edmundo Zura, ganó un balón en la frontal del área y remate de media distancia para poner el 2x1 a los 25 minutos, de la complementaria.

Pero Emelec, fue mucho amor propio, a pesar de estar con nueve hombres, se lanzó al todo o nada, adelantó las líneas, ingreso a un elemento de ofensiva y trató de morir con las botas puestas.

Premio al esfuerzo, José Aguirre, consiguió un golazo desde unos 40 metros, al aprovechar que el portero Costas estaba fuera de su portería.

Y el equipo local estuvo cerca del milagro, los últimos minutos fueron de mucho amor propio, buscando algo que estaba lejano a las posibilidades, este resultado lo deja al cuadro local en terapia intensiva, y Guayas cada vez ve más lejano la posibilidad de tener un representante en Liguilla, con la ayuda de árbitros corruptos e incapaces como José Carpio.