El ‘Trapito' perdió un diente y el ‘Chiqui' sufrió una fractura en el tabique.
La agresión que más impacto causó ayer en el partido de Emelec ante Espoli fue el codazo del zaguero policial Franklin Nazareno en la cara del dalanteo Daniel Vega, pero pocos observaron otra agresión mucho más grave contra el volante azul Fernando Guerrero.
En el primer caso, el impacto de Nazareno le provocó al Trapito Vega un "traumatismo a nivel del maxilar inferior, una herida de un centímetro en el mentón y la pérdida de una pieza dental", dijo anoche Ricardo Vargas, médico de los azules.

El jugador fue traslado a una clínica privada, donde se saturó la herida y se le extrajo el diente que quedó suelto. De inmediato fue dado de alta y "se lo envió a la casa con medicación". Vega solo tendrá unos tres días de descanso y podrá retonar a las canchas, según la proyección del especialista.

FRACTURA DEL CHIQUI

Pero el caso más grave es el del Chiqui Guerrero, quien "presenta una fractura a nivel de los huesos propios de la nariz", reveló Vargas, minutos antes de que el juvenil sea ingresado al quirófano para reducirle la fractura.

Vargas advirtió que la situación de Guerrero es más complicada y por eso tendrá de dos a tres semanas de recuperación.

Lesión de Quiñónez

Otro futbolista que salió contuso ayer fue Carlos Quiñónez, quien sufrió un golpe en su tobillo dereco y deberá tomar reposo.

A estas bajas se suma una posible ausencia de Gonzalo Ludueña, quien salió expulsado ayer. Aunque mañana Emelec apelará la sanción ante la Ecuafútbol.

Así lo anunció ayer el directivo Carlos Rabascal, quien se mostró indignado por el arbitraje, ya que no sancionó a Nazareno por su evidente agresión al artillero argentino Vega.