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miércoles, mayo 21, 2008

Arroyo cuenta su historia. Aún está en rehabilitación.

Publicado a las 4:52:00 a. m. por webmaster

Maldito fumón, marihuanero y drogadicto. Esos fueron algunos insultos que Michael Arroyo, mediocampista de 21 años del Emelec, asegura haber recibido luego de que el año pasado un control antidopaje revelara que consumió marihuana.

Sí consumí, pero no soy drogadicto. Mi reputación está sucia”, explica el jugador que en septiembre pasado fue sancionado con dos años de suspensión y luego, por una resolución del Congreso Ordinario de la Ecuafútbol, debió cumplir solamente seis meses de castigo.

Hoy, Arroyo ya viste de nuevo la camiseta azul y es una de las cartas fijas del DT Aníbal Ruiz. Su retorno ocurrió en el último clásico del Astillero, hace dos semanas en cancha de Barcelona. En ese partido, el volante se destacó.


Durante su castigo, Arroyo experimentó un “renacer espiritual” que llegó mientras asistía a la clínica de rehabilitación Senderos de Vida. Allí, él estuvo internado dos meses por orden de la dirigencia azul.

Fue duro. Pero a medida que iba escuchando las charlas, recapacité. En la clínica te sientes relajado, descansas y tienes el tiempo suficiente para reflexionar”.

Arroyo pensó que si seguía consumiendo marihuana, el futuro de su hija Anahí Aidé, de un año y siete meses de edad y en su esposa Wendy Preciado, de 23, se vería comprometido. “Lloré y sabía que no las podía dejar solas”.

El apoyo de su madre Rosa Mina, también ayudó. “Mejor que te esté pasando esto ahora y no de más viejo”, fue la frase para su hijo.

Arroyo asegura que su vínculo con la marihuana “no es de mucho tiempo” y que nadie lo indujo a drogarse. “Un día le pedí a un amigo, me dejó probar y me gustó. Lo que pasa es que vivo en un barrio un poco dañado”, confiesa.

Arroyo habita en Las Malvinas, un populoso sector al sur de Guayaquil. Pronto, el jugador y su familia habitarán una casa en La Alborada, al norte de la ciudad.

Ya le conseguimos una la semana pasada, pero no le gustó”, afirma Jorge Bonard, miembro de la Comisión de Fútbol de Emelec.

El directivo dice que el club nunca descuidó al jugador y que “recuperarlo fue una prioridad”. Bonard, junto a Patricia Sahona, de las divisiones menores de Emelec, dialogó desde finales del año pasado con Arroyo. Ambos lo convencieron de que debía reconocer su problema para empezar a recuperarse y luego jugar.

El apoyo vino desde la dirigencia pasada. En el 2007, el entonces presidente Omar Quintana, se comprometió a ayudarlo.

Arroyo aún asiste a rehabilitación dos veces por semana. “Me siento fortalecido y me entreno alegre. Sé que la droga no es felicidad y que la marihuana estuvo a punto de acabar con mi carrera”.

Fuente: El Comercio



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