Cabe aclarar que la intención del uso del término "nefasto" no era desmerecer al Presidente en ninguna forma, sino darle un calificativo a la "mala suerte" que, en serio o en broma, se dice que le traen a Emelec las visitas del Primer Mandatario. Por supuesto, esto no es mas que una coincidencia, hasta ahora imposible de comprobar.

Bueno, eso es algo que se ha dicho de algunos presidentes que, en los últimos años, han manifestado abiertamente ser hinchas de determinados equipos. ¿Recuerdan a los (siempre pocos) hinchas de El Nacional, lanzando silbatinas a Lucio Gutiérrez cuando éste, siendo Presidente, acudía al estadio a ver los partidos del equipo militar? La razón de esta reacción popular era, según medios de prensa, la "mala suerte" que el "dictócrata" supuestamente traía, con su sola presencia, al equipo de sus amores.

Y ni que hablar de Abdalá Bucarám (un individuo al que sí se puede calificar como "nefasto" en muchos sentidos), que con su escandaloso y corrupto apoyo a barcecopia (con presidencia del club incluída) parece haber lanzado una poderosa maldición a ese dizque equipo. Maldición que, en conjunto con la de Makanaki, esperamos dure por siempre.

Como ya lo dije, no se puede comprobar que ningún equipo tenga o no maldición alguna, ni que esta sea provocada por la presencia o apoyo de tal o cual persona (en este caso, Presidente). Tampoco sería muy optimista de nuestra parte pensar que cada vez que Correa apoye a Emelec, perderemos. Simplemente, esto de la buena o mala suerte en el fútbol es parte del espectáculo en el que el deporte más popular del mundo se ha convertido, del cual los hinchas y la prensa somos parte.

Aún así, no estaría de más que el Primer Mandatario haga algo, por si las dudas, para "quitarse la sal" en próximos partidos, y de paso, para redimirse de las acusaciones de ser "salado" que recibió en el partido anterior, y congraciarse nuevamente con la totalidad de la hinchada azul-plomo. ¿Y qué podría hacer para lograrlo?

La respuesta es sencilla. Ya que hasta el momento no se ha visto ningún tipo de aporte del Presidente al equipo al que tanto dice amar (en eso discrepamos con la opinión de ale, que lo defiende alegando que Correa no es como "algunos noveleros que no aportan nada"), al menos podríamos esperar que evite que otros equipos sí se vean beneficiados con dinero público, gracias a dudosos aportes de hinchas sinvergüenzas. ¿A qué me refiero? Lean esto:

Todo el país (incluyendo al Presidente, seguramente) vimos cómo el Prefecto suplente de Guayas hace donaciones a barcecopia de la forma más descarada, sin dar razones válidas para eso, ni explicar el por qué otros equipos de su provincia (obviamente incluyendo a Emelec) no han recibido aportes similares.

Muy pocos medios de prensa se han atrevido a decir con todas las letras algo que es obvio para todos: no es mas que un simple hincha de barcecopia que, aprovechando que llegó a un cargo alto, utiliza su poder para regalarle dinero a dicha institución, así sin mas ni mas. A simple vista, parece la típica corrupción amarilla.

Y ahí es donde entra el Presidente de la República. Ante la posibilidad de que se estén malgastando fondos públicos, lo lógico es que se exija a la Contraloría General del Estado que se investigue la gestión del actual Prefecto del Guayas, Jaime Nogales, así como todos los detalles relacionados con esta tan sonada donación. Y si no hay nada oscuro en ella, se le debe exigir al Prefecto que se haga aportes al resto del clubes de Guayas, por montos económicos acordes a su importancia y tamaño. Esto obligaría a Nogales (y al Consejo Provincial del Guayas) a aportar a Emelec con una obra de similar valor económico que la entregada a barcecopia.

Todo este control y exigencias solo podrían ser llevados a cabo por un hincha con mucho poder político y administrativo, como el Presidente. Por el momento, esa sería la forma ideal en la que podría redimirse, y dejar de ser un hincha "nefasto" para Emelec. Si después desea aportar de alguna manera directa al mejoramiento del Club o del equipo de fútbol, mejor aún. Pero si lo hace, que sea de forma transparente, con su dinero y a título personal, para evitar caer en lo mismo que Nogales.