sábado, junio 27, 2009
"Cuando los dirigentes se ponen nerviosos, ¡pun!, se rompe todo"
Entrevista a Gabriel Perrone, DT de Emelec
Al ex técnico del Deportivo Cuenca y actual entrenador de Emelec, líder de la Serie A, le encantaría dirigir la Selección de Ecuador.
Con los cabellos más blancos y la seriedad proyectada en su cara, Gabriel Perrone, el DT líder del campeonato, cuenta los “tips” para haber impuesto un estilo que si bien trae polémica, le da resultados. Eso dicen los números: Emelec es primero con 34 +9.
Es el cuarto año de Gabriel Perrone como entrenador en el fútbol profesional. Y el cuarto en Ecuador.
En diciembre del 2007, el ex central de River Plate y Ferrocarril Oeste recibió un llamado del presidente del Olmedo, Eduardo Granizo.
El timbrazo del dirigente riobambeño fraguó un camino impensado para el técnico casado con Mariana Griguol, hija del histórico entrenador argentino Carlos Timoteo Griguol, quien, además de su suegro, es su principal maestro.
Luego fue al Deportivo Cuenca. De su paso por este club recuerda que era difícil, “porque no había directiva, no había jugadores, había problema”.
“La gente no creía en algunos en los jugadores, los extranjeros, igual que este año en Cuenca, pero después las cosas se revirtieron”, rememora.
Ha terminado la práctica matutina en el predio de Los Samanes, el sitio de entrenamiento de Emelec, en Guayaquil. Con su suéter colgando de su cuello, una camiseta verde y una bermuda gris, el técnico se despide de sus pupilos y recibe a la prensa en su cuarto de meditación.
Emelec está muy cerca de la liguilla, sería entonces la cuarta ocasión consecutiva que lo logra en la primera fase ¿Cuál es la receta para hacerlo y con tres equipos diferentes como Olmedo, Deportivo Cuenca y Emelec?
Creando una mentalidad ganadora. Creando una mentalidad en la que el trabajo es lo más importante porque de eso se parte y a través de ello se puede estar bien en los demás aspectos. Además, ha sido importante imponernos como conjunto el objetivo de clasificar a la liguilla en la primera fase, porque se sabe que a partir de eso se puede trabajar con más tranquilidad el resto del año.
Pero también usted ha tenido oportunidad de elegir los jugadores y de validar la continuidad de algunos cuando se pedía su salida.
Y sí. Si yo pongo algo en la cancha es porque estoy seguro que me eso me va a dar resultados. Dejar de cambiar todo el tiempo. Si yo me dejo llevar por las cosas que dicen y escucho, seguramente todo terminaría mal, porque empezaría cambiando cuando los resultados no se dan. Al principio fui criticado porque el equipo no ganaba y fue algo que pasó porque era una plantilla nueva. Pero sólo hasta que los jugadores se vayan conociendo. Mira ahora, Fleitas está en la selección, Mina está en un excelente nivel, Quiroz acá es figura, Aguirre y Quiñónez se consolidaron.
Lleva apenas cuatro años como entrenador en primera división y Emelec prácticamente es el primer equipo grande que dirige ¿sintió miedo cuando en la tercera fecha todo Guayaquil se le fue encima?
Yo estaba seguro, estaba convencido de que íbamos a salir adelante, estaba convencido de que cuando nos tranquilizáramos íbamos a salir adelante, porque yo veía que los jugadores también estaban seguros. Sabíamos que en cualquier momento iban a salir.
Nassib Neme apoya y respeta incondicionalmente su proceso, ¿cuánto influye aquello en el rendimiento de un entrenador?
La coherencia es importante para el éxito del dirigente, y Neme la tiene. Además es inteligente y buena persona como amigo, como compañero. Pero además es coherente, en esto es fundamental la coherencia. Si yo contraté un entrenador dos meses atrás y confié en él, y pensé como él y organicé lo mismo que él organizó, tengo que confiar en él, salvo que a los dos meses sea un incoherente y lo despida.
En cambio, cuando un dirigente no está capacitado o preparado y se pone nervioso, se ponen nerviosos todos: el entrenador, los jugadores, la gente, y chau, ¡pun!, se rompe todo. En cambio, cuando hay dirigentes con capacidad y la personalidad bien puesta, definida, sin pensar en cambiar cada cinco minutos, en lo que se apostó cinco meses atrás, indefectiblemente las cosas van por buen camino.
Hoy trabaja con mayores recursos y mayor experiencia, ¿cuánto influyen esos rubros en el éxito que hasta el momento logra con Emelec?
Influye mucho, pero en cambio hay más exigencia. Como todo club grande, en Emelec se exige mucho. A mayor cantidad de gente el problema es mayor; hay más exigencia de la prensa y de los mismos futbolistas, porque al ser más jugadores, son más los que quieren jugar. Pero conocer el medio es importante porque uno va conociendo los equipos y los jugadores, puedes pedir y armar el plantel según las necesidades y eso fue lo que hice en Emelec.
Los equipos guayaquileños deben subir a la altura cada 15 días ¿Los resultados logrados en la altura son producto de su experiencia en Cuenca y Riobamba?
En mayor parte sí. La altura influye mucho. Yo armé el plantel pensando justamente en que debía salir a la altura cada 15 días. Pensé en que para jugar allí necesitas defenderte más y para defenderte necesitas buenos defensores. Por esa razón traje a jugadores que venían de equipos de altura y que no le tienen miedo, como Mariano Mina, Marcelo Fleitas, Freddy Nazareno, Gabriel Achillier, Jimmy Brand. Partiendo de eso se armó una táctica de juego, una estrategia para jugar arriba.
¿Entonces, realmente cuánto influye la altura en los resultados, ahora que lo vive en carne propia?
Influye mucho. Yo estoy convencido de que la altura, digan lo que digan, condiciona. Yo he estado aquí, yo lo vi, Barcelona y Emelec cada vez que subieron a Quito, Cuenca, Riobamba, ganaron uno de 30 partidos.
¿Qué significa ser el líder con un equipo grande, algo inédito en su carrera?
Para mí, particularmente, algo importante, es algo muy lindo. Este club en los últimos dos años ni siquiera había clasificado a la liguilla, entonces con todo los problemas que había, ninguno nos imaginamos que íbamos a ser primeros tan pronto.
¿Qué es más difícil, llegar a la punta o mantenerse?
Las dos cosas son difíciles. Para llegar a la punta debimos sortear varios obstáculos difíciles y ahora sabes que tenés que ganar para mantener la punta y entonces hay más presión. Además todos se motivan al jugar con el puntero. Pero yo les digo que nuestro objetivo era llegar a la liguilla, o si no, si nos ponemos a pensar en mantener la punta como locos, vamos a volvernos locos.
El fútbol ecuatoriano también se convirtió en una vitrina para los técnicos, ya pasó con Insúa, Pellegrini, Fossati ¿Le ilusiona llegar a una de las ligas grandes?
No. No, porque considero que todavía me falta para poder dar ese paso importante. Trato de vivir el día, pero el fútbol es muy cambiante. Claro, como todos queremos progresar pero para eso hay que prepararse día a día y en eso estoy. Por suerte he ido escalando poco a poco y espero algún día me sirva.
Ya estuvo en los planes de Luis Chiriboga para dirigir a la Selección. ¿Le gustaría entrenar al equipo alguna vez?
Y… en ese momento me agarró de sorpresa. No me esperaba que la Federación se interese en mí, pero, claro, me gustaría, me gustaría dirigir, aunque habría que plantear bien los objetivos. Ahora se viene un recambio generacional importante y, claro, me encantaría llevar adelante un nuevo proceso.