viernes, julio 31, 2009
Ligay y su hinchada:
Novelería y ridiculez sin límites
Publicado a las 7:59:00 a. m. por webmaster
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Es un hecho conocido que la hinchada de ese equipo chico que ganó la Libertadores (con la ayuda de aquella patraña, inventada por la Conmebol, de que el gol de visitante "vale doble") realmente se cree la mejor del mundo, la más grande, la mas fiel. También es conocido que todo esto son delirios de un pequeño grupo de mujeres y pendejos amanerados que habitan solo en el norte de una (1) ciudad (fuera de la cual no los conoce ni los quiere nadie), y que, a pesar de ese irrepetible logro, la hinchada de este equipo insignificante no ha crecido en cantidad ni en pasión, sino solo en novelería. No, no me refiero al Once Caldas. Hablo de la Ligay de Quito.
Si la hinchada de un equipo es tan novelera como las ligays, desde luego estará presente, alentando a sus jugadores en las buenas... y en las mejores. En las malas, no cuentes con ellos, porque ellos ignorarán y abandonarán a su equipo hasta que la situación mejore nuevamente. Entonces, volverán a apoyarlo "incondicionalmente", a ser orgullosos "super-hinchas", a llenar (la tercera parte, o, exagerando, la mitad de) su estadio (solo si el rival les llama la atención), a presumir de cosas que ni los propios dirigentes ligays creen.
En otras palabras, y para poner un ejemplo: ¿se imaginan si la ligay hubiera derrotado al Real Madrid y/o hubiera ganado ese torneo de medio pelo que fueron a jugar en España? El aeropuerto de Quito hubiera estado lleno a reventar de tanto novelero (si hablamos de la ligay, entiéndase "novelero" como "hincha") presente para recibir al equipo. Todos llenos de orgullo, lágrimas, mocos y deseos de avalanzarse a abrazar a sus mediocres ídolos, para pedirles un autógrafo, una foto y, en el caso de los noveleros varones, un beso o un hijo. Todos los medios de comunicación ligays (como El Comercio, FútbolEcuador, Canal Uno o Teleamazonas, el canal oficial de las encuestas falsas y noticias alteradas) le hubieran dado cobertura a tal evento, uniéndose de paso a la celebración. Todo un show mediático, en donde, como siempre, se hubiera intentado hacer creer al país que ligay en realidad tiene una verdadera hinchada.
Pero las cosas no fueron así. Ligay solo pudo derrotar a un equipo árabe (el Al Ittihad, igual de inexistente que ellos pero con jugadores aún peores), y cayó estrepitosamente cuando se encontró con un equipo verdaderamente grande, el Real Madrid, el cual, como era de esperarse, lo goleó. Esto le puso fin a la participación ligay en ese torneo, obligándolos a salir de España por la puerta de atrás, sin perder la esperanza de ser recibidos a lo grande en Quito. Pero lo que encontraron al llegar sobre pasa todos los niveles de lo patético:
Si la hinchada de un equipo es tan novelera como las ligays, desde luego estará presente, alentando a sus jugadores en las buenas... y en las mejores. En las malas, no cuentes con ellos, porque ellos ignorarán y abandonarán a su equipo hasta que la situación mejore nuevamente. Entonces, volverán a apoyarlo "incondicionalmente", a ser orgullosos "super-hinchas", a llenar (la tercera parte, o, exagerando, la mitad de) su estadio (solo si el rival les llama la atención), a presumir de cosas que ni los propios dirigentes ligays creen.
En otras palabras, y para poner un ejemplo: ¿se imaginan si la ligay hubiera derrotado al Real Madrid y/o hubiera ganado ese torneo de medio pelo que fueron a jugar en España? El aeropuerto de Quito hubiera estado lleno a reventar de tanto novelero (si hablamos de la ligay, entiéndase "novelero" como "hincha") presente para recibir al equipo. Todos llenos de orgullo, lágrimas, mocos y deseos de avalanzarse a abrazar a sus mediocres ídolos, para pedirles un autógrafo, una foto y, en el caso de los noveleros varones, un beso o un hijo. Todos los medios de comunicación ligays (como El Comercio, FútbolEcuador, Canal Uno o Teleamazonas, el canal oficial de las encuestas falsas y noticias alteradas) le hubieran dado cobertura a tal evento, uniéndose de paso a la celebración. Todo un show mediático, en donde, como siempre, se hubiera intentado hacer creer al país que ligay en realidad tiene una verdadera hinchada.
Dramatización. Cualquier parecido con los hinchas o los jugadores de ligay es pura coincidencia.
Pero las cosas no fueron así. Ligay solo pudo derrotar a un equipo árabe (el Al Ittihad, igual de inexistente que ellos pero con jugadores aún peores), y cayó estrepitosamente cuando se encontró con un equipo verdaderamente grande, el Real Madrid, el cual, como era de esperarse, lo goleó. Esto le puso fin a la participación ligay en ese torneo, obligándolos a salir de España por la puerta de atrás, sin perder la esperanza de ser recibidos a lo grande en Quito. Pero lo que encontraron al llegar sobre pasa todos los niveles de lo patético:
¿Y qué esperaban? Tienen la segunda peor hinchada del país (después de la de barceloca, indiscutible líder en esa categoría), y fueron destrozados por el Real Madrid, con el que muchos ligays afrentosos de la prensa intentaron compararse alguna vez. Era lógico que no los vaya a ver nadie, ni la puta madre que los parió.
En conclusión, no importa si ganan 35 libertadores, 35 mundiales de clubes y 35 recopas mas. Igual siguen sin existir. Mientras tengan una hinchada tan pequeña, tan insignificante y tan exageradamente novelera, no llegarán a ser un equipo verdaderamente grande, ni en Ecuador ni en ninguna parte. Valen verga, ligays.