Como estaba el trámite, parecía que los equipos se iban con el empate a los camerinos, pero, a los 42, Deportivo Cuenca sorprendió y anotó el tanto que sería el de la victoria. Édison Preciado recibió un pase en el sector derecho del área, arrastró la marca de dos rivales y le cedió un banquete a Ismael Villalba, quien lanzó un certero disparo desde la altura del punto penal.

En la segunda etapa, Emelec saltó a buscar remontar el resultado, pero, a pesar de que era el dueño absoluto del esférico, seguía sin hallar la fórmula para crear peligro y vulnerar al rival. Los colorados defendían la ventaja sin mayor problema y trataban de enfriar las acciones cuando tenían la posibilidad de quemar segundos.

Los azules no dejaban de presionar y llegaban hasta las inmediaciones del área rival, pero entonces no sabían qué hacer. Ante la impotencia, los dirigidos por Perrone se sumían más y más en la desesperación, lo cuál obviamente les nublaba más las ideas. Por ello, hasta el final del partido, no lograron ni siquiera a estar cerca de la igualdad.