jueves, octubre 07, 2010
Nadie pudo haberlo dicho mejor...
Publicado a las 6:56:00 p. m. por webmaster
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El público futbolero ecuatoriano ya está acostumbrado a observar, semana a semana, como los graderíos de los estadios de todo el país se pintan de colores azul y plomo cuando Emelec juega. Esto no es otra cosa que la numerosa presencia de la hinchada del Club Sport Emelec que, sin importar la ciudad, las condiciones climáticas o el momento que el equipo esté atravesando, lo apoya y anima sin descanso, durante los 90 minutos.
Esto, aparte de pintar algunas caras de color "verde envidia", crea la ilusión óptica de que, sin importar quién sea el dueño del estadio, sus graderíos han sido pintados de intensos colores azul y plomo, intensos como la pasión de la mejor hinchada del país.
Y ya que esto de "pintar" los estadios con nuestros colores parece haberse convertido en una especie de servicio a domicilio proporcionado por los jugadores y la hinchada de Emelec, la gente de Diario Extra llevó las cosas al extremo, y diseñó este aviso publicitario que, aunque ofrece un servicio ficticio, es al mismo tiempo bastante realista.
Sigan con sus sueños y sus delirios de grandeza. Sigan creyendo que aún son grandes, o que algún día lo serán. Sigan contratando encuestas, y creyéndolas ingenuamente. Sigan viviendo del pasado. Sigan en eso, mientras nosotros pintamos de azul y plomo todo el fútbol ecuatoriano, estadio por estadio.
Esto, aparte de pintar algunas caras de color "verde envidia", crea la ilusión óptica de que, sin importar quién sea el dueño del estadio, sus graderíos han sido pintados de intensos colores azul y plomo, intensos como la pasión de la mejor hinchada del país.
Y ya que esto de "pintar" los estadios con nuestros colores parece haberse convertido en una especie de servicio a domicilio proporcionado por los jugadores y la hinchada de Emelec, la gente de Diario Extra llevó las cosas al extremo, y diseñó este aviso publicitario que, aunque ofrece un servicio ficticio, es al mismo tiempo bastante realista.
Sigan con sus sueños y sus delirios de grandeza. Sigan creyendo que aún son grandes, o que algún día lo serán. Sigan contratando encuestas, y creyéndolas ingenuamente. Sigan viviendo del pasado. Sigan en eso, mientras nosotros pintamos de azul y plomo todo el fútbol ecuatoriano, estadio por estadio.