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domingo, agosto 14, 2011
Carrasco nos está convirtiendo en "levantamuertos"
Emelec 1 - barcecopia 1
Publicado a las 8:24:00 p. m. por webmaster
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Un vibrante Clásico del Astillero se jugó este domingo en el Estadio George Capwell para cerrar la quinta fecha. Barcelona lo tenía en el bolsillo, pero el coraje de Emelec hizo que en el último minuto recuperen un punto de casa. Uno a uno al final.
El Clásico del Astillero más esperado de los últimos años, por las expectativas que ambos clubes generaron en sus hinchadas, comenzó con buenos bríos, aunque fue el barcelona Sporting Club el equipo que pareció más dedicado a ir en busca del gol.
Pese a eso, fue el Club Sport Emelec el primero en cargar con peligro, cuando a los 3 minutos de juego Fernando Giménez lanzó un fuerte remate que impactó en José Franco, obligando a una estirada de Máximo Bangüera para apagar el incendio; casi enseguida, en la contra, Aldo Duscher extendió para Damián Díaz, y este clavó una puñalada en la zaga local, pero Vinicio Angulo no supo definir en el mano a mano con Wilmer Zumba. Después de varios instantes de letargo y fútbol de medio campo, a los 3 y 4 minutos apareció Díaz, con dos disparos de mucho peligro: uno atajado por el arquero, y otro que se fue a milímetros del palo derecho.
Pese a eso, fue el Club Sport Emelec el primero en cargar con peligro, cuando a los 3 minutos de juego Fernando Giménez lanzó un fuerte remate que impactó en José Franco, obligando a una estirada de Máximo Bangüera para apagar el incendio; casi enseguida, en la contra, Aldo Duscher extendió para Damián Díaz, y este clavó una puñalada en la zaga local, pero Vinicio Angulo no supo definir en el mano a mano con Wilmer Zumba. Después de varios instantes de letargo y fútbol de medio campo, a los 3 y 4 minutos apareció Díaz, con dos disparos de mucho peligro: uno atajado por el arquero, y otro que se fue a milímetros del palo derecho.
Los dirigidos por Juan Ramón Carrasco, que dejaban muchos espacios para que juegue su rival, encontraron un par de llegadas hacia la puerta rival, pero las mismas no pudieron finalmente acabar en gol. Y es que cuando el reloj señalaba el minuto 19 de juego, José María Franco sacó un buscapié con mucha fuerza, pero Máximo Banguera de estiró perfecto para cortar el centro y quedarse con la pelota; pasaron dos minutos para que el Bombilo cuente con otra situación de peligro, gracias a un disparo de zurda de Pedro Quiñónez, que se fue arriba por muy poquito ante la volada inútil del meta. En la esquina amarilla, Miguel Ibarra generó sobre los 27, con un centro a media altura que rondó el área del equipo local, sin que Vinicio Angulo, y ningún defensa, pudiesen empujarla o despejarla.
La escuadra de Luis Zubeldía perdonó en más de una oportunidad a su rival, y en la recta final estuvo a punto de pagarlo muy caro, pero los ofensivos del Emelec tampoco estuvieron finos aunque además carecieron de fortuna. Transcurría el minuto 36 cuando Matías Oyola levantó un nuevo centro envenenado, y Vinicio Angulo cabeceó sin marca alguna en el corazón del área chica, mandándola increíblemente afuera, pese a que Perlaza se barría en su intento desesperado por no dejar pasar la opción.
Los azules salieron de contragolpe, y sesenta segundos más tarde dispusieron de la jugada más clara del partido: generada por una pésima salida de Máximo Banguera, que él mismo recompuso al jugarse la vida en un balazo que Edison Méndez pretendía convertir en gol, pero una vez más dejando un rebote que quedó en los pies de Pedro Quiñónez, volante que lo bañó con maravilloso y suave toque, pero que José Luis Perlaza logró desviar a córner en la última línea. Luego de eso y un par de acciones fuertes, Omar Ponce mandó a los equipos a los vestuarios.
La escuadra de Luis Zubeldía perdonó en más de una oportunidad a su rival, y en la recta final estuvo a punto de pagarlo muy caro, pero los ofensivos del Emelec tampoco estuvieron finos aunque además carecieron de fortuna. Transcurría el minuto 36 cuando Matías Oyola levantó un nuevo centro envenenado, y Vinicio Angulo cabeceó sin marca alguna en el corazón del área chica, mandándola increíblemente afuera, pese a que Perlaza se barría en su intento desesperado por no dejar pasar la opción.
Los azules salieron de contragolpe, y sesenta segundos más tarde dispusieron de la jugada más clara del partido: generada por una pésima salida de Máximo Banguera, que él mismo recompuso al jugarse la vida en un balazo que Edison Méndez pretendía convertir en gol, pero una vez más dejando un rebote que quedó en los pies de Pedro Quiñónez, volante que lo bañó con maravilloso y suave toque, pero que José Luis Perlaza logró desviar a córner en la última línea. Luego de eso y un par de acciones fuertes, Omar Ponce mandó a los equipos a los vestuarios.
Ya en el reinicio, las revoluciones de ambos equipos bajaron considerablemente, y ese ímpetu y despliegue de la primera mitad, fueron reemplazados por la lucha y el juego de roce. Salvo un remate de Luis Caicedo que por poco se va a las tribunas, y un centro de Pablo Palacios que descolgó bien Wilmer Zumba, no existieron más emociones en los primeros quince minutos.
La constancia de barcelona, independientemente de que en la segunda parte se vio poco fútbol, por encima del desorden y las obligaciones extras que este ofensivo Emelec puso sobre los hombres de su gente de marca (dos de ellos acalambrados), finalmente se reflejaría en el marcador. Y es que se jugaba el minuto 73 cuando Damián Díaz tomó una pelota sin historia, en una esquina del área grande, y la convirtió en una sensacional media chilena que Wilmer Zumba aflojó, y sin el resguardo de sus zagueros centrales, vio cómo Luis Caicedo cerraba la pinza y la empujaba al fondo de las redes; desatando la locura en la tribuna torera. Antes, el mismo Díaz ya había anunciado sus ganas de ganar con un tiro que el portero vio salir con las justas.
Con coraje y amor propio, el Club Sport Emelec acabó el partido encimando a su rival de patio, y así lograría de rescatar el orgullo en los últimos segundos. A los 84 minutos Edison Méndez ejecutó un buen tiro libre, impactado por Eduardo Morante muy bien y luego por Marcelo Fleitas, pero la pelota, caprichosa, rozó el horizontal y se fue afuera. En barcelona ya festejaban y pedían tiempo, cuando Bryan Lugo hizo una jugada personal a los 89 minutos, de guapo, acabando con un centro al que llegó Eduardo Morante para impactar de cabeza con una furia bárbara, y así empatar las cosas ante la impotencia de Máximo Bangüera. Uno a uno en uno de los mejores Clásicos del Astillero que se han jugado en los últimos años.
La constancia de barcelona, independientemente de que en la segunda parte se vio poco fútbol, por encima del desorden y las obligaciones extras que este ofensivo Emelec puso sobre los hombres de su gente de marca (dos de ellos acalambrados), finalmente se reflejaría en el marcador. Y es que se jugaba el minuto 73 cuando Damián Díaz tomó una pelota sin historia, en una esquina del área grande, y la convirtió en una sensacional media chilena que Wilmer Zumba aflojó, y sin el resguardo de sus zagueros centrales, vio cómo Luis Caicedo cerraba la pinza y la empujaba al fondo de las redes; desatando la locura en la tribuna torera. Antes, el mismo Díaz ya había anunciado sus ganas de ganar con un tiro que el portero vio salir con las justas.
Con coraje y amor propio, el Club Sport Emelec acabó el partido encimando a su rival de patio, y así lograría de rescatar el orgullo en los últimos segundos. A los 84 minutos Edison Méndez ejecutó un buen tiro libre, impactado por Eduardo Morante muy bien y luego por Marcelo Fleitas, pero la pelota, caprichosa, rozó el horizontal y se fue afuera. En barcelona ya festejaban y pedían tiempo, cuando Bryan Lugo hizo una jugada personal a los 89 minutos, de guapo, acabando con un centro al que llegó Eduardo Morante para impactar de cabeza con una furia bárbara, y así empatar las cosas ante la impotencia de Máximo Bangüera. Uno a uno en uno de los mejores Clásicos del Astillero que se han jugado en los últimos años.
Fuente: FutbolEcuador
