viernes, septiembre 14, 2012
Adaptación quiteña de famosa serie de TV se presenta en el Capwell
Publicado a las 6:30:00 p. m. por webmaster
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ligay, "equipo de fútbol" famoso por presentar los más deprimentes espectáculos en la cancha y en las gradas, ha llegado a un acuerdo (o tal vez no) con la cadena Fox para presentar su propia versión de la mundialmente famosa serie "The Walking Dead".
En esta versión, conoceremos la historia de un grupo de "muertos" que, ya sea por su avanzada edad (como 400 años entre todos), por su incapacidad futbolística, o por su nulo amor por la camiseta a la que representan (o por las 3 razones juntas), se dedican a deambular lenta y pesadamente en la cancha, listos para atacar a sus rivales con sus armas más conocidas: la repartición de patadas (manotazos, codazos, cabezazos y similares), las faltas fingidas, la quema de tiempo, o la más letal de todas: el árbitro, cuyo objetivo será favorecer a los "caminantes", por orden de otros "muertos": los de la FEF, cuyo estado de podredumbre física y -principalmente- moral está mucho más avanzado.
Al ver hacia los graderíos del estadio, uno podría pensar que estos "muertos" vienen solos. Pero no es así. Si miramos con atención, notaremos que, en medio de un grupo de 100 policías, encontraremos a 20 "muertos" más, vestidos de manera similar a los anteriores, pero con una particularidad: su actividad, y la temperatura de su corazón, dependen directamente de los resultados alcanzados por los "zombies" que recorren la cancha. Si estos logran una jornada exitosa, los "muertos" de los graderíos reaccionarán con saltos, chillidos, llantos y juramentos de lealtad. Caso contrario, los veremos abandonar el estadio, mientras insultan, putean, se atacan entre ellos, y juran que ellos solo son hinchas de la Selección. Mientras la policía los escolta hacia el autobus, el congelamiento de sus pechos es evidente.
El bastión de esta subespecie de "muertos" está en un sector del norte de Quito, del cual ocasionalmente suelen salir en pequeñas cantidades. El resto, que no sobrepasa los 1000 individuos, solo sigue a los "muertos" de la cancha a través de la TV, mientras emite rugidos incomprensibles de desaprobación y queja. Es todo lo que pueden hacer con su falta de sangre.
¡Ya lo sabes! Si vas mañana al Capwell, podrás ver personalmente la versión quiteña de "The Walking Dead", que ya ha recorrido los principales estadios del Ecuador, demostrando que los futbolistas pueden ser considerados "titulares" hasta los 85 años, y que las hinchadas noveleras nunca mueren, sin importar cuanto se apuñalen sus integrantes entre si.
Al ver hacia los graderíos del estadio, uno podría pensar que estos "muertos" vienen solos. Pero no es así. Si miramos con atención, notaremos que, en medio de un grupo de 100 policías, encontraremos a 20 "muertos" más, vestidos de manera similar a los anteriores, pero con una particularidad: su actividad, y la temperatura de su corazón, dependen directamente de los resultados alcanzados por los "zombies" que recorren la cancha. Si estos logran una jornada exitosa, los "muertos" de los graderíos reaccionarán con saltos, chillidos, llantos y juramentos de lealtad. Caso contrario, los veremos abandonar el estadio, mientras insultan, putean, se atacan entre ellos, y juran que ellos solo son hinchas de la Selección. Mientras la policía los escolta hacia el autobus, el congelamiento de sus pechos es evidente.
El bastión de esta subespecie de "muertos" está en un sector del norte de Quito, del cual ocasionalmente suelen salir en pequeñas cantidades. El resto, que no sobrepasa los 1000 individuos, solo sigue a los "muertos" de la cancha a través de la TV, mientras emite rugidos incomprensibles de desaprobación y queja. Es todo lo que pueden hacer con su falta de sangre.
¡Ya lo sabes! Si vas mañana al Capwell, podrás ver personalmente la versión quiteña de "The Walking Dead", que ya ha recorrido los principales estadios del Ecuador, demostrando que los futbolistas pueden ser considerados "titulares" hasta los 85 años, y que las hinchadas noveleras nunca mueren, sin importar cuanto se apuñalen sus integrantes entre si.