jueves, abril 03, 2014
[ENTREVISTA] Quinteros, obsesionado por el bicampeonato
Publicado a las 8:10:00 p. m. por webmaster
Tweet
Emelec lleva 19 fechas invicto en el Campeonato Nacional, desde el final de la temporada 2013. ¿Cuál es la clave?
Desde que llegué hemos venido trabajando en la organización del grupo. Hemos tratado de tener un equipo que presione a los rivales en su área. La idea es que los jugadores entiendan que no debemos cometer errores tácticos para que el contrincante no los aproveche. Ese trabajo está dando sus frutos y los jugadores están en buena forma y comprometidos. En cada partido cumplen de la mejor manera las indicaciones que se les da en la semana. Todo eso hace que el equipo esté bien, sea fuerte, sólido y tenga confianza para seguir trabajando y mejorar en cada partido. Estar invicto en todas estas fechas y peleando de nuevo el campeonato desde la primera posición son los premios al esfuerzo, al trabajo, a la disciplina táctica, a la actitud y a la voluntad del equipo.
¿En qué consiste esa disciplina táctica para evitar los errores?
Trabajamos siempre de acuerdo al rival de turno. En cada sesión de entrenamiento refrescamos los conceptos de cada línea de la cancha. La idea principal es evitar los errores a través de la presión. Si somos los primeros en presionar al rival, ellos son los que van a cometer el error. Creo que hemos logrado convencer a cada jugador de lo que debe hacer y de lo que está haciendo. Todo eso se está haciendo, al parecer, bien: no hemos perdido desde hace más de seis meses en el torneo local. Vamos por el mejor camino posible. Ahora lo difícil es mantener ese proceso.
¿Qué otra herramienta utiliza para que el equipo se mantenga en la línea del triunfo?
Nosotros trabajamos en la parte psicológica y en la motivación de los jugadores todos los días. Les decimos que hemos conseguido ser campeones y que el grupo no tiene que relajarse. Con eso hemos logrado tener a más de 11 jugadores motivados y preparados para jugar. Ellos saben que en caso de que uno no esté al 100% jugará otro y deberá hacerlo bien.
¿Cómo se logra la motivación?
Hablando mucho y, sobre todo, teniendo a más de uno para cada posición. Cada uno sabe que si no da todo en la cancha tiene otro atrás que puede jugar en su lugar y que está preparado para hacerlo. Ninguno quiere perder su lugar ni bajar los brazos. Esa competencia leal que hay en cada posición hace que cuando toca jugar pongan todas sus virtudes al servicio del equipo. A veces, los entrenadores cometemos errores y damos la posibilidad solo a uno o dos y relegamos al resto y no dejamos que jueguen. En esos casos, los jugadores que tienen regularidad creen que jueguen bien o mal va a seguir en la cancha. Para mi entender eso no es bueno y es algo que no hacemos en Emelec. Aparte de las reuniones y las charlas técnicas enfatizamos en cumplir cada objetivo que nos trazamos. El principal es mantener un grupo campeón, después de haber conseguido el campeonato. La mayoría de equipos que se ha coronado campeón se relajan demasiado, pierden el compromiso y no tienen la misma actitud ni voluntad para esforzarse más. Lo que hemos conseguido con este trabajo psicológico, de entrenamientos y de rotación de jugadores es tener a todos siempre al 100%.
¿Considera que Emelec está en su mejor nivel?
No. El mejor nivel lo conseguiremos cuando juguemos 10 o 15 partidos con los mismos jugadores, de domingo a domingo. Soy un entrenador que intenta mantener el mismo equipo juego tras juego para que se conozcan y tengan el funcionamiento adecuado. Entre el compromiso y la motivación estamos llegando a tener una actitud positiva para cada juego y es lo más importante del grupo. Estamos conscientes de que podemos jugar mejor y lo vamos a lograr cuando tengamos a todos los jugadores de nuevo a disposición. Como el caso de Gaibor, de Jímenez, de Mondaini, Narváez, por mencionar algunos. Cuando todos estén a punto para formar semana a semana, sin relegar a ninguno, hablaremos del mejor nivel.
Desde que llegué hemos venido trabajando en la organización del grupo. Hemos tratado de tener un equipo que presione a los rivales en su área. La idea es que los jugadores entiendan que no debemos cometer errores tácticos para que el contrincante no los aproveche. Ese trabajo está dando sus frutos y los jugadores están en buena forma y comprometidos. En cada partido cumplen de la mejor manera las indicaciones que se les da en la semana. Todo eso hace que el equipo esté bien, sea fuerte, sólido y tenga confianza para seguir trabajando y mejorar en cada partido. Estar invicto en todas estas fechas y peleando de nuevo el campeonato desde la primera posición son los premios al esfuerzo, al trabajo, a la disciplina táctica, a la actitud y a la voluntad del equipo.
¿En qué consiste esa disciplina táctica para evitar los errores?
Trabajamos siempre de acuerdo al rival de turno. En cada sesión de entrenamiento refrescamos los conceptos de cada línea de la cancha. La idea principal es evitar los errores a través de la presión. Si somos los primeros en presionar al rival, ellos son los que van a cometer el error. Creo que hemos logrado convencer a cada jugador de lo que debe hacer y de lo que está haciendo. Todo eso se está haciendo, al parecer, bien: no hemos perdido desde hace más de seis meses en el torneo local. Vamos por el mejor camino posible. Ahora lo difícil es mantener ese proceso.
¿Qué otra herramienta utiliza para que el equipo se mantenga en la línea del triunfo?
Nosotros trabajamos en la parte psicológica y en la motivación de los jugadores todos los días. Les decimos que hemos conseguido ser campeones y que el grupo no tiene que relajarse. Con eso hemos logrado tener a más de 11 jugadores motivados y preparados para jugar. Ellos saben que en caso de que uno no esté al 100% jugará otro y deberá hacerlo bien.
¿Cómo se logra la motivación?
Hablando mucho y, sobre todo, teniendo a más de uno para cada posición. Cada uno sabe que si no da todo en la cancha tiene otro atrás que puede jugar en su lugar y que está preparado para hacerlo. Ninguno quiere perder su lugar ni bajar los brazos. Esa competencia leal que hay en cada posición hace que cuando toca jugar pongan todas sus virtudes al servicio del equipo. A veces, los entrenadores cometemos errores y damos la posibilidad solo a uno o dos y relegamos al resto y no dejamos que jueguen. En esos casos, los jugadores que tienen regularidad creen que jueguen bien o mal va a seguir en la cancha. Para mi entender eso no es bueno y es algo que no hacemos en Emelec. Aparte de las reuniones y las charlas técnicas enfatizamos en cumplir cada objetivo que nos trazamos. El principal es mantener un grupo campeón, después de haber conseguido el campeonato. La mayoría de equipos que se ha coronado campeón se relajan demasiado, pierden el compromiso y no tienen la misma actitud ni voluntad para esforzarse más. Lo que hemos conseguido con este trabajo psicológico, de entrenamientos y de rotación de jugadores es tener a todos siempre al 100%.
¿Considera que Emelec está en su mejor nivel?
No. El mejor nivel lo conseguiremos cuando juguemos 10 o 15 partidos con los mismos jugadores, de domingo a domingo. Soy un entrenador que intenta mantener el mismo equipo juego tras juego para que se conozcan y tengan el funcionamiento adecuado. Entre el compromiso y la motivación estamos llegando a tener una actitud positiva para cada juego y es lo más importante del grupo. Estamos conscientes de que podemos jugar mejor y lo vamos a lograr cuando tengamos a todos los jugadores de nuevo a disposición. Como el caso de Gaibor, de Jímenez, de Mondaini, Narváez, por mencionar algunos. Cuando todos estén a punto para formar semana a semana, sin relegar a ninguno, hablaremos del mejor nivel.
Cuando usted llegó a dirigir a Emelec, en 2012, ¿qué equipo recibió y cómo lo ha mejorado?
Llegué en julio de 2012 y hasta diciembre puedo decir que encontré un buen plantel que venía perdiendo en los momentos más importantes desde hace dos o tres años. Había el fantasma de que llegaban a los tramos finales y quedaban segundos o terceros.
Empezamos a trabajar en la parte psicológica, en la parte táctica y la preparación física. Preparamos a cada jugador para lo que se vino en 2013.
Hicimos cambios en el plantel. Se han ido aproximadamente 11 o 12 jugadores y hemos traído solo cinco desde 2013.
Ese año empezamos con menos jugadores porque había demasiados y muchos de ellos quedaban afuera. Eso generaba una mala onda de aquellos que no entraban a jugar. Lo que hicimos fue unificar el plantel y tener menos jugadores, solo dos por puestos, pero con mejor nivel técnico. Al principio teníamos más de 30 y nos quedamos con 22 o 23.
Empezamos la pretemporada de 2013 y a partir de ahí ya era otro equipo, otro grupo con otros objetivos, con otra sensaciones y otro compromiso. Empezamos a ganar y ganamos el campeonato.
Ahora seguimos de la misma manera. La única diferencia es que perdimos a muchos jugadores por lesión.
Para 2014, ante las adversidades, las lesiones, la cantidad de partidos que se vinieron este año, porque el Campeonato se ajustó más por el Mundial, tuvimos que jugar en 35 días 11 partidos seguidos, un promedio muy complicado. Eso hace que a lo mejor en el juego no brillemos tanto como lo hicimos el año pasado, pero el compromiso y la voluntad es cada vez mejor y con eso nos va alcanzando. Por supuesto hay partidos que se han jugado muy bien y a eso apuntamos. Es lo que deberíamos conseguir en los próximos partidos. Hay que recuperar los jugadores que faltan para tener mejor juego, más variantes y ganar.
¿En qué se ve su huella como DT en este proceso?
Trabajamos mucho en la parte táctica. El jugador que entra al campo sabe de memoria lo que tiene que hacer, porque lo automatizamos en los entrenamientos. Tenemos un método de trabajo en el que nos valemos de la repetición de la parte táctica. Cada jugador automatiza el movimiento y lo hace casi sin pensar y eso es muy bueno. Creo que se ha logrado motivar los jugadores al 100%, porque ellos responden bien. No es tanto mi huella, sino la del equipo completo. Por ejemplo, tenemos un preparador físico inigualable. Gracias a la gran forma física de los jugadores podemos aplicar bien lo táctico. Todo se complementa.
¿Cuál que es la mayor fortaleza de su línea defensiva?
A pesar de que nosotros presionamos arriba y tratamos de robar la pelota lejos de nuestro arco, a veces dejamos espacios y ahí se ve el trabajo de la defensa. Es muy sólida, muy firme y eso se mide por el poco trabajo que le queda al arquero. Cuando el arquero se convierte en la estrella no pasa porque la defensa sea floja, sino porque los rivales son muy fuertes o porque ese día están un poco cansados o por alguna ausencia de jugadores y toca probar con nuevos jugadores.
¿En el mediocampo?
Todos los jugadores tienen características ofensivas, pero están conscientes y tienen la virtud de convertirse en defensivos cuando el ataque es en contra nuestra. Se convierten en obreros de recuperación y lo hacen sin problema en cualquier parte de la cancha. Ningún jugador regresa caminando ni deja de ocupar un espacio. Eso permite ganar más rápido la pelota lejos de nuestro arco. Cada jugador que se desenvuelve en el medio campo sabe como hacerlo de manera automática. Ya saben cuáles son sus posiciones. A veces hay equipos que juegan muy bien, que conocen y que estudian a Emelec y saben como trabajamos, pero eso no quita el buen nivel.
¿Y en la delantera?
Tenemos un funcionamiento ofensivo entrenado. Generalmente, cuando cambiamos de jugadores por rotación o por lesiones entrenamos los días previos a los partidos posiciones específicas. Por ejemplo, con Marcos Caicedo entrenamos en diagonales, en movimientos con los que pueda utilizar su mejor virtud. Lo mismo cuando le toca jugar de volante por izquierda. Con cada jugador es lo mismo. Tratamos de explotar todo lo que tiene.
Llegué en julio de 2012 y hasta diciembre puedo decir que encontré un buen plantel que venía perdiendo en los momentos más importantes desde hace dos o tres años. Había el fantasma de que llegaban a los tramos finales y quedaban segundos o terceros.
Empezamos a trabajar en la parte psicológica, en la parte táctica y la preparación física. Preparamos a cada jugador para lo que se vino en 2013.
Hicimos cambios en el plantel. Se han ido aproximadamente 11 o 12 jugadores y hemos traído solo cinco desde 2013.
Ese año empezamos con menos jugadores porque había demasiados y muchos de ellos quedaban afuera. Eso generaba una mala onda de aquellos que no entraban a jugar. Lo que hicimos fue unificar el plantel y tener menos jugadores, solo dos por puestos, pero con mejor nivel técnico. Al principio teníamos más de 30 y nos quedamos con 22 o 23.
Empezamos la pretemporada de 2013 y a partir de ahí ya era otro equipo, otro grupo con otros objetivos, con otra sensaciones y otro compromiso. Empezamos a ganar y ganamos el campeonato.
Ahora seguimos de la misma manera. La única diferencia es que perdimos a muchos jugadores por lesión.
Para 2014, ante las adversidades, las lesiones, la cantidad de partidos que se vinieron este año, porque el Campeonato se ajustó más por el Mundial, tuvimos que jugar en 35 días 11 partidos seguidos, un promedio muy complicado. Eso hace que a lo mejor en el juego no brillemos tanto como lo hicimos el año pasado, pero el compromiso y la voluntad es cada vez mejor y con eso nos va alcanzando. Por supuesto hay partidos que se han jugado muy bien y a eso apuntamos. Es lo que deberíamos conseguir en los próximos partidos. Hay que recuperar los jugadores que faltan para tener mejor juego, más variantes y ganar.
¿En qué se ve su huella como DT en este proceso?
Trabajamos mucho en la parte táctica. El jugador que entra al campo sabe de memoria lo que tiene que hacer, porque lo automatizamos en los entrenamientos. Tenemos un método de trabajo en el que nos valemos de la repetición de la parte táctica. Cada jugador automatiza el movimiento y lo hace casi sin pensar y eso es muy bueno. Creo que se ha logrado motivar los jugadores al 100%, porque ellos responden bien. No es tanto mi huella, sino la del equipo completo. Por ejemplo, tenemos un preparador físico inigualable. Gracias a la gran forma física de los jugadores podemos aplicar bien lo táctico. Todo se complementa.
¿Cuál que es la mayor fortaleza de su línea defensiva?
A pesar de que nosotros presionamos arriba y tratamos de robar la pelota lejos de nuestro arco, a veces dejamos espacios y ahí se ve el trabajo de la defensa. Es muy sólida, muy firme y eso se mide por el poco trabajo que le queda al arquero. Cuando el arquero se convierte en la estrella no pasa porque la defensa sea floja, sino porque los rivales son muy fuertes o porque ese día están un poco cansados o por alguna ausencia de jugadores y toca probar con nuevos jugadores.
¿En el mediocampo?
Todos los jugadores tienen características ofensivas, pero están conscientes y tienen la virtud de convertirse en defensivos cuando el ataque es en contra nuestra. Se convierten en obreros de recuperación y lo hacen sin problema en cualquier parte de la cancha. Ningún jugador regresa caminando ni deja de ocupar un espacio. Eso permite ganar más rápido la pelota lejos de nuestro arco. Cada jugador que se desenvuelve en el medio campo sabe como hacerlo de manera automática. Ya saben cuáles son sus posiciones. A veces hay equipos que juegan muy bien, que conocen y que estudian a Emelec y saben como trabajamos, pero eso no quita el buen nivel.
¿Y en la delantera?
Tenemos un funcionamiento ofensivo entrenado. Generalmente, cuando cambiamos de jugadores por rotación o por lesiones entrenamos los días previos a los partidos posiciones específicas. Por ejemplo, con Marcos Caicedo entrenamos en diagonales, en movimientos con los que pueda utilizar su mejor virtud. Lo mismo cuando le toca jugar de volante por izquierda. Con cada jugador es lo mismo. Tratamos de explotar todo lo que tiene.
¿Por qué si Emelec es imbatible a nivel local no sucede lo mismo en Copa Libertadores?
Las expulsiones: ese es el gran error de Emelec. Nos han expulsado jugadores en muchos partidos. Contra Deportes Iquique en Chile, Universidad de Chile, Fluminense, Flamengo, León, por mencionar algunos. En esos partidos perdimos. Sin embargo, cuando hemos estado 11 contra 11 hemos conseguido los resultados. Por ejemplo, contra la Universidad de Chile de Sampaoli allá empezamos ganando las dos veces y ellos tuvieron que empatarnos. Cuando necesitabamos ganar o empatar con Velez Sarsfield para clasificar y logramos avanzar. Al Olimpia de Paraguay también le ganamos en su cancha, porque estabamos 11 contra 11. Lo que la gente no entiende a veces es que solo se analiza resultados. Hay que ir más allá. Está claro que cuando Emelec está completo es un equipo durísimo para cualquiera. Sé que es lo que debemos mejorar y corregir. Lo he hablado con los jugadores, lo dije el año pasado, pero seguimos cometiendo el error.
¿Qué harán para corregir ese error?
No es fácil. Lo que pasa es que cada jugador tiene un carácter. Por ejemplo, contra León, la historia hubiese sido muy distinta desde la parte psicológica si no nos anulaban el gol legítimo de los primeros minutos. Los jugadores habrían estado mucho más tranquilos, pero en la cancha uno coge esa bronca y la utilizamos de mala manera.
¿Ha cumplido con Emelec?
Creo que sí. No solo yo, los jugadores, todo el cuerpo técnico y la directiva. Yo tengo ganas de seguir consiguiendo cosas. Tengo contrato hasta diciembre, pero me gustaría quedarme. Los entrenadores vivimos de resultados. Afortunadamente encontré un presidente y un club que me ha dado la posibilidad de trabajar a mediano y largo plazo. Ese trabajo lo estamos cumpliendo: hemos clasificados a torneos internacionales, vendido dos jugadores en más de $8 millones. Ahora cinco de nuestros jugadores están en la Selección, antes había uno solo. Hemos conseguido todos los objetivos. Estoy totalmente satisfecho con el trabajo que vamos haciendo.
¿Cuál es su más cercana ambición y la de su equipo?
Tengo una obsesión con conseguir el bicampeonato. Es algo que tengo en la cabeza y en el corazón y no solo yo, sino todo el equipo. También está claro que queremos mejorar la participación en torneos internacionales corrigiendo los detalles que he mencionado, siendo un poco más inteligentes.
El más claro objetivo y más el urgente es tratar de empezar y terminar con 11 jugadores en cancha en los partidos. Eso da la posibilidad de pelear cualquier clasificación contra cualquier rival.
Las expulsiones: ese es el gran error de Emelec. Nos han expulsado jugadores en muchos partidos. Contra Deportes Iquique en Chile, Universidad de Chile, Fluminense, Flamengo, León, por mencionar algunos. En esos partidos perdimos. Sin embargo, cuando hemos estado 11 contra 11 hemos conseguido los resultados. Por ejemplo, contra la Universidad de Chile de Sampaoli allá empezamos ganando las dos veces y ellos tuvieron que empatarnos. Cuando necesitabamos ganar o empatar con Velez Sarsfield para clasificar y logramos avanzar. Al Olimpia de Paraguay también le ganamos en su cancha, porque estabamos 11 contra 11. Lo que la gente no entiende a veces es que solo se analiza resultados. Hay que ir más allá. Está claro que cuando Emelec está completo es un equipo durísimo para cualquiera. Sé que es lo que debemos mejorar y corregir. Lo he hablado con los jugadores, lo dije el año pasado, pero seguimos cometiendo el error.
¿Qué harán para corregir ese error?
No es fácil. Lo que pasa es que cada jugador tiene un carácter. Por ejemplo, contra León, la historia hubiese sido muy distinta desde la parte psicológica si no nos anulaban el gol legítimo de los primeros minutos. Los jugadores habrían estado mucho más tranquilos, pero en la cancha uno coge esa bronca y la utilizamos de mala manera.
¿Ha cumplido con Emelec?
Creo que sí. No solo yo, los jugadores, todo el cuerpo técnico y la directiva. Yo tengo ganas de seguir consiguiendo cosas. Tengo contrato hasta diciembre, pero me gustaría quedarme. Los entrenadores vivimos de resultados. Afortunadamente encontré un presidente y un club que me ha dado la posibilidad de trabajar a mediano y largo plazo. Ese trabajo lo estamos cumpliendo: hemos clasificados a torneos internacionales, vendido dos jugadores en más de $8 millones. Ahora cinco de nuestros jugadores están en la Selección, antes había uno solo. Hemos conseguido todos los objetivos. Estoy totalmente satisfecho con el trabajo que vamos haciendo.
¿Cuál es su más cercana ambición y la de su equipo?
Tengo una obsesión con conseguir el bicampeonato. Es algo que tengo en la cabeza y en el corazón y no solo yo, sino todo el equipo. También está claro que queremos mejorar la participación en torneos internacionales corrigiendo los detalles que he mencionado, siendo un poco más inteligentes.
El más claro objetivo y más el urgente es tratar de empezar y terminar con 11 jugadores en cancha en los partidos. Eso da la posibilidad de pelear cualquier clasificación contra cualquier rival.
Fuente: Hoy