sábado, septiembre 20, 2014
¡Que el béisbol vuelva a Emelec!
Publicado a las 3:25:00 p. m. por webmaster
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A los 3 años y medio, Hans Cremiux Collins comenzó a dominar el bate de béisbol. El apoyo y asesoramiento técnico de su padre, el exbeisbolista Fernando Cremiux forjaron desde pequeño su camino.
Antes de sus 23 años ya había conseguido dos medallas de bronce en torneos internacionales que se realizaron en Argentina.
Hace cuatro años tuvo dos lesiones que le dificultaron jugar al mismo nivel y lo obligaron a dejar su deporte preferido.
“Tuve una fisura en la vértebra cuando entrenaba en un equipo de Estados Unidos. Luego tuve una tendinitis crónica en el hombro durante el último torneo local que jugué y fue en Cardenales. La única forma de la curación de la fisura es un clavo y eso con el deporte no va, porque con la fricción puede salirse de allí”, sostiene.
El amor al béisbol lo heredó de su progenitor, quien dedicaba tiempo todos los días para entrenarlo y además lo integró al equipo Los Ceibos para que se preparara.
Después de las lesiones que marcaron el término de su carrera optó por culminar la carrera de Derecho que seguía a la par de la práctica de béisbol. Es abogado, se dedica a tiempo completo a su profesión, trabaja en el departamento jurídico de la empresa multinacional Kimberly Clark.
Sin embargo, pese a sus ocupaciones y proyectos personales, tiene planes relacionados con el deporte al que se dedicó con pasión y entrega durante 20 años.
Antes de sus 23 años ya había conseguido dos medallas de bronce en torneos internacionales que se realizaron en Argentina.
Hace cuatro años tuvo dos lesiones que le dificultaron jugar al mismo nivel y lo obligaron a dejar su deporte preferido.
“Tuve una fisura en la vértebra cuando entrenaba en un equipo de Estados Unidos. Luego tuve una tendinitis crónica en el hombro durante el último torneo local que jugué y fue en Cardenales. La única forma de la curación de la fisura es un clavo y eso con el deporte no va, porque con la fricción puede salirse de allí”, sostiene.
El amor al béisbol lo heredó de su progenitor, quien dedicaba tiempo todos los días para entrenarlo y además lo integró al equipo Los Ceibos para que se preparara.
Después de las lesiones que marcaron el término de su carrera optó por culminar la carrera de Derecho que seguía a la par de la práctica de béisbol. Es abogado, se dedica a tiempo completo a su profesión, trabaja en el departamento jurídico de la empresa multinacional Kimberly Clark.
Sin embargo, pese a sus ocupaciones y proyectos personales, tiene planes relacionados con el deporte al que se dedicó con pasión y entrega durante 20 años.
A sus 27 años, sostiene que uno de sus mayores deseos es convertirse en vínculo para la preparación y el crecimiento de los nuevos beisbolistas en el país.
“Estoy hablando con gente para apoyar de alguna forma a los jóvenes del equipo del colegio Torremar, donde yo estudié y a las ligas a las que yo pertenecí toda la vida. Y quisiera que vuelva a existir el equipo de béisbol de Emelec. Puedo dar mucho al deporte, me gustaría formar o por lo menos ser guía de varios pitcher para que puedan alcanzar logros y conseguir becas fuera del país , yo tengo contactos”.
Afirma que con su experiencia aspira a evitar que otros jóvenes tengan lesiones complicadas y se vean obligados a dejar el béisbol.
“Es un deporte que requiere mucho entrenamiento, y ser muy cuidadoso. No abusar del cuerpo, lanzar con la diferencia de tiempo indicada y protegerse después de cada partido”, recomienda.
Asegura que el béisbol aporta al desarrollo personal de los jóvenes. “Es muy complicado, tienes la obligación de ponerte metas a corto y largo plazo, y creo que ayuda mucho para todo”, sostiene.
La perseverancia y disciplina que lo caracterizan lo llevaron a integrar la selección ecuatoriana de béisbol desde los 10 años.
Además fue ganador de 6 torneos en la Liga Miraflores; en esos campeonatos obtuvo cinco veces el premio como mejor lanzador, en dos ocasiones se destacó como impulsor de carreras y en otra oportunidad en la posición de infielder.
También triunfó en cinco torneos juveniles en el estadio Yeyo Uraga cuando jugaba en el Club Sport Emelec, su equipo favorito; con el elenco fue elegido a los 15 años como el mejor lanzador.
“En el deporte fui siempre competitivo, no me gustaba perder, siempre peleaba por estar entre los mejores del torneo”, resalta.
La posición de pitcher siempre fue una de sus favoritas. Admira al beisbolista estadounidense Randy Johnson. “Era mi inspiración, era de mucha velocidad”, dice.
En su casa, Hans aún conserva algunas camisetas que usó durante su trayectoria. “Guardo la de la Selección, de Emelec y de Cardenales. Me dan ganas y no puedo ya jugar, pero valoro lo aprendido por eso quiero apoyar a otros”, sostiene.
“Estoy hablando con gente para apoyar de alguna forma a los jóvenes del equipo del colegio Torremar, donde yo estudié y a las ligas a las que yo pertenecí toda la vida. Y quisiera que vuelva a existir el equipo de béisbol de Emelec. Puedo dar mucho al deporte, me gustaría formar o por lo menos ser guía de varios pitcher para que puedan alcanzar logros y conseguir becas fuera del país , yo tengo contactos”.
Afirma que con su experiencia aspira a evitar que otros jóvenes tengan lesiones complicadas y se vean obligados a dejar el béisbol.
“Es un deporte que requiere mucho entrenamiento, y ser muy cuidadoso. No abusar del cuerpo, lanzar con la diferencia de tiempo indicada y protegerse después de cada partido”, recomienda.
Asegura que el béisbol aporta al desarrollo personal de los jóvenes. “Es muy complicado, tienes la obligación de ponerte metas a corto y largo plazo, y creo que ayuda mucho para todo”, sostiene.
La perseverancia y disciplina que lo caracterizan lo llevaron a integrar la selección ecuatoriana de béisbol desde los 10 años.
Además fue ganador de 6 torneos en la Liga Miraflores; en esos campeonatos obtuvo cinco veces el premio como mejor lanzador, en dos ocasiones se destacó como impulsor de carreras y en otra oportunidad en la posición de infielder.
También triunfó en cinco torneos juveniles en el estadio Yeyo Uraga cuando jugaba en el Club Sport Emelec, su equipo favorito; con el elenco fue elegido a los 15 años como el mejor lanzador.
“En el deporte fui siempre competitivo, no me gustaba perder, siempre peleaba por estar entre los mejores del torneo”, resalta.
La posición de pitcher siempre fue una de sus favoritas. Admira al beisbolista estadounidense Randy Johnson. “Era mi inspiración, era de mucha velocidad”, dice.
En su casa, Hans aún conserva algunas camisetas que usó durante su trayectoria. “Guardo la de la Selección, de Emelec y de Cardenales. Me dan ganas y no puedo ya jugar, pero valoro lo aprendido por eso quiero apoyar a otros”, sostiene.
Fuente: El Universo