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lunes, octubre 29, 2007

Emelec sin liguilla: hechos y cifras

Publicado a las 11:09:00 a. m. por webmaster


Perjuicio económico para Emelec

En los clásicos del Astillero en el Capwell, Emelec recibió en la primera fase $ 96.317 dejados por 12.044 espectadores. En la segunda etapa llegaron 18.558 espectadores y la taquilla fue $ 179.920,50 (en total, por esos dos juegos recaudó $ 276.237,50).

Fuera de la liguilla, los azules también perdieron la posibilidad de pelear por estar en la Copa Libertadores y recibir, en caso de haber clasificado a ese torneo, $ 300.000 cada uno por jugar la primera fase.


Perjuicio económico para los equipos clasificados
Hubo más cemento que público. En la soledad de los estadios se pudieron escuchar con claridad las instrucciones de los entrenadores, los gritos y reclamos de los futbolistas y las órdenes de los árbitros.

La liguilla, fase decisiva del torneo ecuatoriano de la que saldrá el campeón, sufrió la indiferencia de los hinchas en su jornada inaugural, el fin de semana pasado.

En total 9.458 aficionados pagaron sus boletos en los tres estadios donde se jugó (Casa Blanca, Atahualpa y Alejandro Serrano, que juntos totalizan un aforo de 100.242 localidades. Esto representa tan solo un 9,43% de localidades vendidas durante la primera fecha de la Liguilla).

El local que más concurrencia tuvo fue el de Liga de Quito, con 4.289 seguidores con entrada pagada para observar el triunfo 1-0 sobre Olmedo (el aforo total del estadio ligay es de 41.596 personas, lo cual significa que solo se vendio un 10,31% del total). Recaudaron $24.127.

ASISTENCIA EN PARTIDO DE SEGUNDA ETAPA CONTRA EMELEC: 8.102 personas
PORCENTAJE: 19,48%
RECAUDACIÓN:
$45.443

Esa ausencia era previsible”, según Patricio Torres, directivo albo. “(...) Con mucha decencia Rodrigo Paz dijo que sería valiosa la presencia de Barcelona y Emelec, pero no lo merecieron (ir a la liguilla)".

El directivo reveló que esperan que a sus juegos en Casa Blanca, ante El Nacional y Deportivo Quito (5 de diciembre y 9 de diciembre próximos) lleguen más aficionados. Además, confirmó que no harán promociones para atraer público.

Mientras, Deportivo Cuenca tuvo más fortuna. En porcentaje alcanzó la mejor asistencia (3.547 personas) en relación con la capacidad de su escenario (18.830 hinchas). Registró el 18,83% de asistencia en el triunfo 2-1 ante los chullas. Su recaudación fue de $21.390,50.

ASISTENCIA EN PARTIDO DE SEGUNDA ETAPA CONTRA EMELEC: 9.272 personas
PORCENTAJE: 49,24%
RECAUDACION: $38.979,50

En estas circunstancias creemos que con la presencia de Barcelona o Emelec (...), la cosa sería distinta en la taquilla”, comentó Pedro Peña, gerente del club azuayo.

Pero la peor asistencia la tuvo El Nacional (1.622 personas, 4,07% de localidades del Estadio Olímpico Atahualpa), aunque para el coronel Néstor Landeta, directivo militar, eso estaba previsto y espera que suceda lo mismo contra D. Cuenca y Olmedo. Sus ingresos financieros en este partido fueron de solo $8.059.

ASISTENCIA EN PARTIDO DE SEGUNDA ETAPA CONTRA EMELEC: 8.474 personas
PORCENTAJE: 23,23%
RECAUDACION: $46.545,50

Landeta dijo que la única gestión que hará El Nacional para tener más asistencia a sus partidos será “invitar” al público para que acuda y reconoció que “otra realidad sería si se jugara con Barcelona o Emelec”.


Perjuicio para los jugadores azules: ¿Qué hacen durante sus "vacaciones forzadas"?
Suena el despertador. El colombiano Luis Guillermo Rivera, quien por dos años se ha desempeñado como mediocampista de Emelec, se levanta de la cama y se alista para cumplir con una rutina que se escapa de aquellos días de entrenamientos a doble jornada y se asemeja más a la de una ama de casa.

Y es que luego de que su equipo quedara fuera del Campeonato Nacional, su agenda de actividades sufrió una desprogramación repentina. Los planes de sus compañeros y también de los integrantes de Barcelona quedaron alterados por el resto del año.

Rivera, de 32 años, ya no se despierta para ir a patear un balón ni siente ansiedad por el partido del domingo. La alarma ahora le avisa que es hora de vestir a sus hijos (David, de 9 años y Andrea, de 6) y alistarlos para el colegio.

Después de “despacharlos”, el colombiano se va a entrenarse en el Hyper Gym. Luego, vuelve a su domicilio y ayuda a su esposa Claudia Salazar (34) con los quehaceres del hogar.

Eso incluye ir a pagar las facturas, limpiar, ordenar la casa, cocinar...”, explica el bogotano que asegura que su “nueva vida” no es aburrida, aunque se siente preocupado por los reajustes económicos familiares y por un futuro profesional incierto.

A nadie le gusta quedarse sin trabajo, pero esto me ha permitido pasar más tiempo con mis hijos, que ahora están compitiendo en un torneo de natación”, comenta Rivera, quien se vio obligado a utilizar sus ahorros para poder sacar adelante a su familia.

Tengo una casa rentera en Bogotá y, aunque mi esposa (Claudia) es programadora de sistemas, actualmente no está trabajando y esto me preocupa, porque los niños no entienden si uno tiene o no trabajo. En Navidad pedirán juguetes y tenemos que ver de dónde sacamos dinero”.

El colombiano deberá permanecer en Guayaquil hasta que finalice el año, porque sus pequeños están estudiando.

Mi contrato establecía que cobraba sueldo hasta que el equipo termine su participación en el campeonato, pero la dirigencia me está ayudando con el pago de la casa y otros gastos”, acotó.

Una situación similar atraviesa su compañero Carlos Quiñónez, cuya esposa, Irma Ibarra, está embarazada.

Ella es cosmetóloga y cuando la conocí tenía un gabinete con su hermana. Aunque procuro no meterme en el negocio, hace un par de años decidimos ampliarlo y la ayudé económicamente. No me quejo, nos va bastante bien y en temporadas como estas es de mucha utilidad”, señala Quiñónez.

Adicionalmente, el defensa azul se dedica a la compra de arroz en las piladoras, para luego distribuirlo en algunas casas comerciales de Guayaquil.

En el sur de la ciudad, Silvano Estacio continúa con la construcción de su local de alquiler de play station (videojuegos). El jugador aprovecha la atracción que este tipo de juegos despierta en su barrio de callejón 17 y la O, para obtener un ingreso extra.

Sobre las actividades que realiza para no perder el ritmo físico, Estacio asegura que todos los días sale a trotar por su barrio durante una hora y luego asiste a un ginmasio cercano a su casa.

Estacio tiene un año más de contrato con Emelec, por eso espera que se aclare la situación de la nueva directiva para definir su permanencia.

Michael Endara tuvo que dejar sus estudios, por problemas personales y ahora aprovecha el tiempo para mantener su estado físico en un gimnasio de la ciudad. Todas las tardes acude al Polideportivo Los Samanes para trabajar con el equipo Sub 20 de Emelec, que está disputando la parte final del torneo de esa categoría.

Endara no está tan seguro de contar con el dinero suficiente para mantenerse a flote por el resto del año. Sobre todo, porque a sus 20 años, es el soporte de su madre Isabel Leones (49) y de sus hermanos Kléber (21) y Sara (24), con quienes comparte una modesta vivienda en Sauces 4.

Y además “nos siguen debiendo y ya son como dos meses. Es difícil porque tengo que movilizarme y entrenarme por mi cuenta. Gasto cerca de USD 3,50 al día”.

La situación de Endara es incómoda. A pesar de su corta edad, él es el soporte económico del hogar. Sus hermanos también trabajan y colaboran. Con el dinero que recibía de Emelec, el jugador ‘repatrió’ a su madre desde España hace cinco meses. Ella trabajaba en Madrid. El padre de Michael, Kléber, aún permanece en Europa reuniendo dinero para volver.

Las facturas están llegando y estoy hasta el cuello. Parece que los dirigentes se han desaparecido”, afirma el mediocampista, quien integra el equipo de mayores desde hace cuatro años.

Por lo pronto, Endara se entrena con la Sub 20. En las mañanas suele asistir al gimnasio Taurus y comparte su tiempo con el Play Station 2. Aventuras, acción y deportes son las categorías de sus videojuegos preferidos. “Jugar me desestresa..., por un momento me hace olvidar de los problemas”.

El volante tiene contrato hasta el próximo año y espera que los dirigentes le ayuden a salir de sus apuros económicos.

Junto a Endara está Jefferson Pinto y Jefferson Montero, quienes tuvieron continuidad en el equipo de primera.

El defensa Francisco Gómez viajó a México, donde está aprovechando estas “vacaciones forzadas” para disfrutar en familia y estudiar ofertas para la próxima temporada.
No tengo algún ingreso adicional, pero gracias a Dios supe administrar bien el dinero y ahora estoy saliendo adelante”.

José Luis Quiñónez cobra por jugar en ligas de Puerto Hondo, mientras piensa en su familia y en las fiestas de diciembre.

El pavo se complica...”, dice Quiñonez, con un poco de humor, en referencia a las fiestas de diciembre. El volante de Emelec le hace buena cara al mal tiempo, aunque sabe que la cena y la canasta navideña de este fin de año peligran porque los azules quedaron al margen de la liguilla.

Ahora no se sabe si nos van a pagar sueldos en estos meses de inactividad. Con los ahorros que tengo he podido solventar los gastos de mi familia. Ojalá que nos paguen algo para solucionar nuestra situación económica”, lamenta Quiñónez.

No obstante, el futbolista halló una forma de conseguir un ingreso adicional en estos días de crisis. Él acepta invitaciones para jugar torneos de fútbol de ligas barriales, como los que se hacen en la localidad de Puerto Hondo.

Son invitaciones que me hacen. Por allí me gano unos 100 dólares y eso me ha servido en algo como apoyo”.

Pero Quiñónez no solo juega por una remuneración, sino también para mantener su estado físico.

Por eso, aunque no tiene el control de un entrenador profesional, Quiñónez diseñó una rutina personal y con la compañía de un primo (Roberto Valencia), asiste tres veces a la semana a la polvorienta cancha del bloque 17 de Flor de Bastión.

Allí entreno porque queda cerca de mi barrio”, dice el futbolista, quien reside en la cooperativa Balerio Estacio, al norte de la ciudad.

En esa cancha, el pasado viernes Quiñónez entrenó desde las 17:00 hasta las 18:30. Además de Valencia lo acompañó su esposa Alexis Paredes y su pequeño hijo José Luis Jr., para “que me den apoyo”, dice el volante.

Luego de hacer una sesión de trotes y elongaciones, Quiñónez aceptó jugar “un partidito” con los chicos del barrio del bloque 17.

Luego de reír y divertirse con algunos pases y gambetas en la cancha, Quiñónez abandona el lugar para volver a su realidad actual y también la del club: “Sé que vienen las elecciones. Espero que luego de eso la nueva directiva nos convoque a entrenar, antes de que termine el año, y para saber qué sucederá en el 2008”.

A la mayoría de los jugadores del ‘Bombillo’ les adeudan un mes y siete días de sueldo. El directivo Omar Quintana asegura que se está buscando la manera de ponerse al día con el plantel nacional.

Síntesis de artículos de El Universo, El Comercio y CRE



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