Mondaini se apresuró a decir que lo que él quería como premio era "uno de este tamaño":

Por eso, en los entrenamientos se lo ve tan pegado a De Jesús, Bagüí, Matamba y Hurtado. Y eso explica también por qué corrió durante todo el partido detrás de Gómez Portocarrero, con la boca así:

Con razón también lo querían contratar los ligays. Entre tanto, Sessa dejó fluir sus pasiones privadas, e intentó seducir al "Trapito" Vega en pleno partido:

Esta parece ser una variante del Síndrome de Estocolmo, en la cual la víctima de un constante asedio (Sessa) terminó enamorándose de uno de sus castigadores (Vega), al punto de que el arquero amarillo, que ahora quiere que lo conozcan como "la gata", hasta le envió un beso volado al "Trapito":

Definitivamente, eso de lograr un empate ante su marido Emelec, alborota las hormonas de todas las barcelocas. Estaban tan emocionadas por la ayudita que les dió el árbitro, que él necesitó protección policial para evitar que los jugadores color meado se lancen sobre él, para abrazarlo, besarlo. Y quién sabe para qué mas...

Las cosas que pasan en Clásicos... Lamentablemente, mientras Barcelocas esté presente, la mariconada seguirá siendo parte del partido más importante del país.