lunes, abril 28, 2008
Emelec vive su aniversario 79. Su hinchada no sabe si celebrar o no...
Publicado a las 5:33:00 p. m. por webmaster
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El Club Sport Emelec cumplió hoy, lunes, 79 años de vida institucional por lo que dirigentes e hinchada realizaron una serie de actos para festejar al equipo "Eléctrico".
Como parte de la celebración, este último domingo, hinchas, dirigentes y jugadores se dieron cita en el Polideportivo de los Samanes, donde organizaron una fiesta para celebrar un aniversario más de la institución.
Este lunes, en la mañana, se congregaron en la iglesia San Vicente para celebrar una misa de acción de gracias, y luego de ello, se dirigieron al estadio "Capwell" para inaugurar unos murales, pintados por hinchas de la barra "Boca del Pozo".
El 28 de abril de 1929, un hombre visionario, que con el paso de los años se convirtió en parte importante de la historia del club, George Lewis Capwell, integrante de la Superintendencia de la Empresa Eléctrica del Ecuador (EMELEC), fundó un club deportivo para los trabajadores de la empresa en que laboraba.
El club nació en el corazón del Astillero, un tradicional y antiguo barrio guayaquileño donde se construían barcos y donde estaba situada EMELEC, ex nombre de la Empresa Eléctrica.
El "Gringo" Capwell, como era conocido por su nacionalidad norteamericana, era fanático del béisbol y el box, pero su espíritu como dirigente y deportista hizo que creara el primer equipo de fútbol, con la condición de "ser campeones".
En la actualidad, Emelec es uno de los equipos más populares del país.
Los que festejan... los que no...
La goleada 6-2 que Emelec sufrió ante Espoli, el pasado sábado, no fue obstáculo para que los aficionados azules se reunieran ayer en el polideportivo de Los Samanes, donde celebraron de manera anticipada los 79 años de vida institucional del club ‘millonario’.
Vinicio González llegó acompañado de su esposa Meida y sus hijos Axel y Niurka, con el fin de pasar una jornada agradable, cumpliendo el único requisito que la dirigencia había puesto: llevar una camiseta de Emelec. Meida tuvo que hacer “un sacrificio”, porque es la única barcelonista de la familia.
Desde una tarima, el actor Alberto Cajamarca daba las instrucciones del caso para que los hinchas azules pudieran hacer uso de las instalaciones del polideportivo. Algunos organizaron un torneo relámpago de índor, otros jugaban voleibol, mientras que la mayoría de los niños se divertía en la piscina. Los demás se dedicaban a colgar banderas y a comentar la “desastrosa actuación” del equipo ante la Escuela de Policía.
“Aquí el problema no es el técnico. Puedes traer al mejor entrenador del mundo, pero de nada valdrá si estos ‘manes’ (los futbolistas) no ponen ganas. No es posible que Espoli nos golee”, comentaba José Encalada, un aficionado que llegó desde Durán para disfrutar de la fiesta.
Las horas pasaban y el licor comenzaba a surtir efectos entre algunos hinchas que exigían la presencia de los jugadores, pero varios agentes de la Policía los mantenían controlados.
Cajamarca llamó por teléfono a la ‘Gorda Matosa’, pero esta rechazó la invitación del actor, alegando que estaba “cabreada” por la derrota en Latacunga.
La llegada del bus de Emelec interrumpió el diálogo. Los hinchas se volcaron hacia donde se encontraba el vehículo, poniendo en alerta a los patrulleros que lo escoltaban. Uno de ellos pensó que intentarían agredir a los jugadores y se puso a la defensiva, pero al escuchar el coro que entonaban (“a pesar de todo, estoy aquí, porque soy del Pozo, muero por ti”), entendió que las cosas no eran así.
El argentino Gonzalo Ludueña fue el primero en bajar del vehículo y a los pocos segundos estuvo rodeado por simpatizantes del ‘Bombillo’, que le solicitaban autógrafos o tomarse una fotografía con él.
Jorge Ladines lo siguió, pero la respuesta del hincha no fue similar, porque de inmediato descendió Gustavo Ruiz, a quien un aficionado, ya pasado de tragos, le recordó que “para jugar en Emelec hay que sacarse la p...”. El volante argentino aceptó el comentario y se limitó a decir que cuando un equipo tiene seguidores tan fieles, el compromiso es mayor.
Ludueña, Ladines y Ruiz fueron los únicos futbolistas que acudieron a Los Samanes (a retirar sus carros), porque los demás decidieron ir directamente desde el aeropuerto hacia sus casas. El festejo continúa hoy (09:00), con una misa en la iglesia San Vicente de Las Peñas y una caminata hacia el estadio Capwell, donde se inaugurarán los murales ubicados en la parte baja de la general ubicada en la avenida Quito.
La sesión solemne se efectuará en mayo, cuando el presidente Elías Wated retorne al país, informó la dirigencia.
Ortega: "Emelec no celebra las derrotas"
Llegó al polideportivo de Los Samanes junto a su nieta Angélica y lo primero que hizo fue preguntar por su viejo amigo Roberto ‘Pibe’ Ortega.
Y es que para Jorge Gallegos, integrante del equipo de Emelec que ganó el primer campeonato ecuatoriano de fútbol en 1957, celebrar los 79 años de vida del club azul lo llena de nostalgia.
“Yo jugué con el ‘Pibe’ Ortega, con el ‘Loco’ Balseca, el ‘Pibe’ Bolaños’ y el ‘Flaco’ Raffo, en los años en que Emelec forjó su idolatría”, dijo Gallegos, tratando de contener la rabia que sentía por la goleada que los azules sufrieron en el estadio La Cocha de Latacunga.
“Tienes razón. A nosotros nos pagaban entre 1.500 y 2.000 sucres y nunca nos ganaban así. A lo mucho nos pasaban tres goles, pero dejábamos el alma en la cancha”, recordó Ortega, quien llegó en 1958 al país para jugar en Liga de Quito y debutó marcándole dos goles a Emelec, equipo en el que alcanzaría su consagración definitiva en Ecuador, luego de pasear su clase por Argentina, Brasil, Colombia e Italia.
Gallegos recordó que esa (la sufrida ante Liga) fue una de las derrotas que más le dolió en su paso por el ‘Bombillo’, porque sucedió un año después de haberse coronado campeones.
“En nuestros tiempos se jugaba por amor a la camiseta. Yo no sé qué les pasa a los jugadores ahora. Ganan bien, tienen tremendos carros, todo lo necesario para rendir y, sin embargo, se entregan como si no supieran que detrás de ellos hay una afición que hasta deja de comer para ir al estadio a apoyarlos”, sostuvo Gallegos.
Un grupo de aficionados se acercó a Ortega y le pidió que se uniera a la fiesta, pero él les agradeció y les dijo que no tenía nada que celebrar.
“Yo estoy acostumbrado a ganar. Respeto mucho su punto de vista y les agradezco por acordarse de una fecha tan importante, pero prefiero quedarme en mi habitación”, comentó el ‘Pibe’ Ortega.
Los jóvenes no insistieron y dejaron que dos símbolos del club siguieran recordando anécdotas, como aquellas que vivieron cuando Fernando Paternoster era el entrenador de aquel equipo fantástico, que le dio a Emelec la denominación de ‘Ballet Azul’ por el espectáculo que daba en cada cancha donde jugaba, algo que hoy parece tan lejano en un cuadro que se debate en una terrible crisis deportiva, a la espera de su nuevo entrenador.
Como parte de la celebración, este último domingo, hinchas, dirigentes y jugadores se dieron cita en el Polideportivo de los Samanes, donde organizaron una fiesta para celebrar un aniversario más de la institución.
Este lunes, en la mañana, se congregaron en la iglesia San Vicente para celebrar una misa de acción de gracias, y luego de ello, se dirigieron al estadio "Capwell" para inaugurar unos murales, pintados por hinchas de la barra "Boca del Pozo".
El 28 de abril de 1929, un hombre visionario, que con el paso de los años se convirtió en parte importante de la historia del club, George Lewis Capwell, integrante de la Superintendencia de la Empresa Eléctrica del Ecuador (EMELEC), fundó un club deportivo para los trabajadores de la empresa en que laboraba.
El club nació en el corazón del Astillero, un tradicional y antiguo barrio guayaquileño donde se construían barcos y donde estaba situada EMELEC, ex nombre de la Empresa Eléctrica.
El "Gringo" Capwell, como era conocido por su nacionalidad norteamericana, era fanático del béisbol y el box, pero su espíritu como dirigente y deportista hizo que creara el primer equipo de fútbol, con la condición de "ser campeones".
En la actualidad, Emelec es uno de los equipos más populares del país.
Los que festejan... los que no...
La goleada 6-2 que Emelec sufrió ante Espoli, el pasado sábado, no fue obstáculo para que los aficionados azules se reunieran ayer en el polideportivo de Los Samanes, donde celebraron de manera anticipada los 79 años de vida institucional del club ‘millonario’.
Vinicio González llegó acompañado de su esposa Meida y sus hijos Axel y Niurka, con el fin de pasar una jornada agradable, cumpliendo el único requisito que la dirigencia había puesto: llevar una camiseta de Emelec. Meida tuvo que hacer “un sacrificio”, porque es la única barcelonista de la familia.
Desde una tarima, el actor Alberto Cajamarca daba las instrucciones del caso para que los hinchas azules pudieran hacer uso de las instalaciones del polideportivo. Algunos organizaron un torneo relámpago de índor, otros jugaban voleibol, mientras que la mayoría de los niños se divertía en la piscina. Los demás se dedicaban a colgar banderas y a comentar la “desastrosa actuación” del equipo ante la Escuela de Policía.
“Aquí el problema no es el técnico. Puedes traer al mejor entrenador del mundo, pero de nada valdrá si estos ‘manes’ (los futbolistas) no ponen ganas. No es posible que Espoli nos golee”, comentaba José Encalada, un aficionado que llegó desde Durán para disfrutar de la fiesta.
Las horas pasaban y el licor comenzaba a surtir efectos entre algunos hinchas que exigían la presencia de los jugadores, pero varios agentes de la Policía los mantenían controlados.
Cajamarca llamó por teléfono a la ‘Gorda Matosa’, pero esta rechazó la invitación del actor, alegando que estaba “cabreada” por la derrota en Latacunga.
La llegada del bus de Emelec interrumpió el diálogo. Los hinchas se volcaron hacia donde se encontraba el vehículo, poniendo en alerta a los patrulleros que lo escoltaban. Uno de ellos pensó que intentarían agredir a los jugadores y se puso a la defensiva, pero al escuchar el coro que entonaban (“a pesar de todo, estoy aquí, porque soy del Pozo, muero por ti”), entendió que las cosas no eran así.
El argentino Gonzalo Ludueña fue el primero en bajar del vehículo y a los pocos segundos estuvo rodeado por simpatizantes del ‘Bombillo’, que le solicitaban autógrafos o tomarse una fotografía con él.
Jorge Ladines lo siguió, pero la respuesta del hincha no fue similar, porque de inmediato descendió Gustavo Ruiz, a quien un aficionado, ya pasado de tragos, le recordó que “para jugar en Emelec hay que sacarse la p...”. El volante argentino aceptó el comentario y se limitó a decir que cuando un equipo tiene seguidores tan fieles, el compromiso es mayor.
Ludueña, Ladines y Ruiz fueron los únicos futbolistas que acudieron a Los Samanes (a retirar sus carros), porque los demás decidieron ir directamente desde el aeropuerto hacia sus casas. El festejo continúa hoy (09:00), con una misa en la iglesia San Vicente de Las Peñas y una caminata hacia el estadio Capwell, donde se inaugurarán los murales ubicados en la parte baja de la general ubicada en la avenida Quito.
La sesión solemne se efectuará en mayo, cuando el presidente Elías Wated retorne al país, informó la dirigencia.
Ortega: "Emelec no celebra las derrotas"
Llegó al polideportivo de Los Samanes junto a su nieta Angélica y lo primero que hizo fue preguntar por su viejo amigo Roberto ‘Pibe’ Ortega.
Y es que para Jorge Gallegos, integrante del equipo de Emelec que ganó el primer campeonato ecuatoriano de fútbol en 1957, celebrar los 79 años de vida del club azul lo llena de nostalgia.
“Yo jugué con el ‘Pibe’ Ortega, con el ‘Loco’ Balseca, el ‘Pibe’ Bolaños’ y el ‘Flaco’ Raffo, en los años en que Emelec forjó su idolatría”, dijo Gallegos, tratando de contener la rabia que sentía por la goleada que los azules sufrieron en el estadio La Cocha de Latacunga.
“Tienes razón. A nosotros nos pagaban entre 1.500 y 2.000 sucres y nunca nos ganaban así. A lo mucho nos pasaban tres goles, pero dejábamos el alma en la cancha”, recordó Ortega, quien llegó en 1958 al país para jugar en Liga de Quito y debutó marcándole dos goles a Emelec, equipo en el que alcanzaría su consagración definitiva en Ecuador, luego de pasear su clase por Argentina, Brasil, Colombia e Italia.
Gallegos recordó que esa (la sufrida ante Liga) fue una de las derrotas que más le dolió en su paso por el ‘Bombillo’, porque sucedió un año después de haberse coronado campeones.
“En nuestros tiempos se jugaba por amor a la camiseta. Yo no sé qué les pasa a los jugadores ahora. Ganan bien, tienen tremendos carros, todo lo necesario para rendir y, sin embargo, se entregan como si no supieran que detrás de ellos hay una afición que hasta deja de comer para ir al estadio a apoyarlos”, sostuvo Gallegos.
Un grupo de aficionados se acercó a Ortega y le pidió que se uniera a la fiesta, pero él les agradeció y les dijo que no tenía nada que celebrar.
“Yo estoy acostumbrado a ganar. Respeto mucho su punto de vista y les agradezco por acordarse de una fecha tan importante, pero prefiero quedarme en mi habitación”, comentó el ‘Pibe’ Ortega.
Los jóvenes no insistieron y dejaron que dos símbolos del club siguieran recordando anécdotas, como aquellas que vivieron cuando Fernando Paternoster era el entrenador de aquel equipo fantástico, que le dio a Emelec la denominación de ‘Ballet Azul’ por el espectáculo que daba en cada cancha donde jugaba, algo que hoy parece tan lejano en un cuadro que se debate en una terrible crisis deportiva, a la espera de su nuevo entrenador.
Síntesis de noticias publicadas por CRE y Expreso