Y es que en Emelec la situación es lamentable. El plantel tiene 260 jugadores en las formativas. El uruguayo Juan Ramón Silva, director de estas divisiones, se lamenta: “Son categorías insignificantes para los dirigentes”.

Cada viernes, el DT se ve obligado a buscar recursos para que los jugadores actúen en los partidos del fin de semana.

Para costear el arbitraje, la movilización y el agua para los jugadores, Silva y el resto de técnicos acuden a los dirigentes y realizan colectas. Así completan los USD 200 que requiere cada categoría. En ocasiones no se completa el monto y los equipos no se presentan a sus partidos.

Silva buscó la ayuda de Nassib Neme (presidente de la Comisión de Fútbol). “Pero dijo que esa no era su responsabilidad”.

Los jugadores no tienen atención médica. Tres integrantes de la Sub 18 afrontan lesiones y esperan por intervenciones quirúrgica, desde hace dos meses. A Silva le adeudan el sueldo desde febrero. Lo mismo ocurre con el resto de entrenadores.

A principios de año, Silva planteó a la dirigencia que se destine un dólar de cada entrada a las formativas, pero eso no se concretó.

Los menores impagos tienen dos opciones para que se les cancelen sus haberes. La primera es demandar al club ante la Asociación de Futbolistas del Ecuador, la cual estudia el caso y lo remite a la Cámara de Mediación y Resolución de Disputas; si el club no paga, la querella es enviada al Comité Ejecutivo de la Ecuafútbol para que implante fechas de liquidación y, en caso de no cumplirse la cancelación, dicte sanciones.

La segunda es acogerse a la regla de que, si no se les cancelan lo adeudado en el lapso de tres meses, exijan su pase para ser considerados jugadores libres, lo que genera el “éxodo” de juveniles a otros equipos o regiones.

“Emelec está a punto de perder nueve jugadores (por la segunda vía). Esta cantidad de chicos se encuentra a las puertas de pedir su pase en la FEF y ser declarados jugadores libres, con lo que Emelec perdería un gran capital monetario”, confiesa.

Pero no solo los futbolistas de las menores se ven afectados por la falta del cumplimiento de sus haberes, el “abandono económico” también ha pegado fuerte en el cuerpo técnico. En lo que va del año han renunciado 5 profesores de experiencia.

Silva recordó que "en lo que va del año se han ido tres entrenadores. Acá existía un cuerpo técnico de primera con un trato de tercera”, manifiesta Juan Ramón Silva, director de la escuela de fútbol eléctrica, a quien no le pagan desde febrero.

El primero en abandonar la tienda azul fue el ex defensa central campeón con el ‘Ballet’ (1988) Urlín Cangá, quien se cansó de esperar a que le cancelaran los cinco meses que le adeudaban.

“Cuando uno queda campeón, como yo lo hice con la Sub 19 el año pasado -fue asistente técnico de Jesús Cárdenas- se supone que deben renovarle el contrato. A mí me dijeron que no había presupuesto y que me fuera. Yo me retiré con tranquilidad, esperé a que me pagaran, pero como no lo hicieron, no me quedó otra más que demandar”, dice.

Cangá incluso explica que un día no lo dejaron entrar al Capwell: “Estos dirigentes son ignorantes, nosotros quedamos campeones una fecha antes de que termine el campeonato y las cosas que están bien hay que mantenerlas”.

“Al entendido con señas, al rústico con garrotes, ellos (los dirigentes) no van a cambiar”, espeta el profesional.

La salida de Cangá (enero), fue como un efecto dominó. Luego lo hizo el profesor César Alvarado, DT de la Sub 14 (mayo) y detrás de él se despidió el ‘Jechu’. Al campeón con Emelec en 1988 y 1993 le debían seis meses del año pasado, demandó al club ante la FEF y le cancelaron los 12.000 dólares que le debían.

“Después se volvieron a atrasar y no me pagaron desde enero hasta agosto, entonces tuve que contratar a un abogado y llevar mi caso al juzgado de lo laboral. Intenté dialogar con el señor Elías Wated -presidente de Emelec- y lo que recibí fue solo desaires, me dijo: yo no quiero hablar con usted, cuando traté de abordarlo”, indica.

“Incluso aún me deben sueldos atrasados y premios de cuando era jugador; además, nunca aportaron a mi cuenta del seguro social”, señala. En total le deben 130.000 dólares, por eso optó por contratar al abogado del ‘Diablo’, Carlos Díaz, y llevar su caso al Juzgado de lo Laboral.

“Con el dinero que entró por los derechos de formación de Cristian Noboa, todos pensamos que nos iban a cancelar, pero eso se usó para pagar agua, luz y otras cosas; menos a las formativas. Incluso se propuso que se suba 50 centavos a las entradas al estadio, para que eso vaya a las arcas de las menores, pero recibimos un “no” como respuesta”, anota Cárdenas.

A Rolando Sinisterra, encargado de la Sub 18, le deben 4.000 dólares, y los encargados de la Sub 20, Roberto Kun y Jorge Maridueña, no ven un solo dólar desde febrero.

“El club es el que termina por perder más dinero a la larga, porque ha formado a estos chicos desde pequeños y por no pagarles se van a otros clubes, entonces yo les digo a los directivos: uno no sabe para quién trabaja, porque después veo a futbolistas salidos de acá, de la cantera, jugando para equipos de la Sierra. La gente piensa que son de allá, pero realmente son costeños”, explica Silva.

El último de los entrenadores en salir fue Humberto Pizarro, quien laboró por 13 años en el plantel. El adiestrador oriundo de Ventanas renunció este mes, tras estar 7 meses impago. A él, la dirigencia tajantemente le informó que no le pagaría los siete meses y medio que le deben.

Juan Ramón Silva añade que de la Sub 20 se llevaron todo, a Ángel Mena, Marcos Caicedo, Bryan Rodríguez, Mauricio Muñoz...

“Hasta Jimmy Bran se hizo aquí. Vendieron a Michael Arroyo, que era netamente canterano y no vimos ni un centavo”, enfatiza.

La prensa guayaquileña trató de comunicarse con el presidente del club, Elías Wated, y con el titular de la comisión de fútbol de las formativas, Xavier Vanoni, pero no contestaron las llamadas.