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lunes, octubre 21, 2013
Análisis: El cómo y por qué de una paliza memorable
Publicado a las 4:15:00 p. m. por webmaster
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Emelec no quiere finales. Quiere ganar su undécima estrella directamente y ayer lo demostró con un antológico golpe en la mesa, desbancando a la Universidad Católica del liderato con una goleada memorable y, de paso, haciéndose con la batalla del gol diferencia, que mejoró en 14 tantos. Olvidándose de la falta de puntería que tantos disgustos le había dado últimamente, arrasó a su rival: 7-0.
El parón por las eliminatorias mundialistas le ha sentado de maravilla a los azules. Le ha venido bien a los que no fueron convocados, como Stracqualursi, que en el día de su cumpleaños le puso fin a una sequía de 712 minutos sin marcar. Y mejor aún a un internacional como Valencia, a quien la inyección de confianza que le dio Rueda en la 'Tri' le ha convertido en un auténtico ciclón.
El parón por las eliminatorias mundialistas le ha sentado de maravilla a los azules. Le ha venido bien a los que no fueron convocados, como Stracqualursi, que en el día de su cumpleaños le puso fin a una sequía de 712 minutos sin marcar. Y mejor aún a un internacional como Valencia, a quien la inyección de confianza que le dio Rueda en la 'Tri' le ha convertido en un auténtico ciclón.
Días después de celebrar la clasificación para el Mundial, Valencia fue un constante tormento para el equipo de Jorge Célico, que no encontró la manera de pararle. En lo que se presentaba como una final anticipada, el plan del Emelec fue claro: buscar al extremo una y otra vez por la vía rápida, con pases largos; el dominio por la vía del asedio antes que por la del control. Se demostró acertado ante un rival que no supo defenderse en ningún momento.
No había pasado un minuto y Valencia, inconmensurable, ya había provocado una falta de la que casi saca petróleo Stracqualursi. El argentino volvió a perdonar después, pero a la tercera dijo 'basta'. Mondaini, uno de los mejores, provocó y botó una falta, y el gigantón conectó un cabezazo de especialista, picado y cruzado, para reencontrarse con el gol.
No había pasado un minuto y Valencia, inconmensurable, ya había provocado una falta de la que casi saca petróleo Stracqualursi. El argentino volvió a perdonar después, pero a la tercera dijo 'basta'. Mondaini, uno de los mejores, provocó y botó una falta, y el gigantón conectó un cabezazo de especialista, picado y cruzado, para reencontrarse con el gol.
A un equipo que llegaba como líder se le presuponía una capacidad competitiva que ayer no se vio. Solo en algunos pasajes se impuso la Católica, pero su tibio dominio lo rompió Giménez con una pillería. Patta controló en el área, o en las nubes, porque no se percató de la llegada del paraguayo, que le robó la cartera y marcó con un sutil toque exterior: 2-0.
Lo mejor estaba por llegar. En los últimos 20 minutos, el Emelec se convirtió en un ciclón. Valencia rozó el gol tras una cabalgada de campeonato, pero el tercero llevaba el nombre de Stracqualursi, que aprovechó un nuevo error de la zaga, tras un despeje de Patta que pegó en Cangá, para fusilar.
Después, Valencia controló con el hombro un pase de Gaibor, sentó al meta y marcó a puerta vacía. Y, todavía antes del descanso, 'Stracqua' se inventó un taconazo maravilloso para que Gaibor hiciera la 'manita': 5-0.
Lo mejor estaba por llegar. En los últimos 20 minutos, el Emelec se convirtió en un ciclón. Valencia rozó el gol tras una cabalgada de campeonato, pero el tercero llevaba el nombre de Stracqualursi, que aprovechó un nuevo error de la zaga, tras un despeje de Patta que pegó en Cangá, para fusilar.
Después, Valencia controló con el hombro un pase de Gaibor, sentó al meta y marcó a puerta vacía. Y, todavía antes del descanso, 'Stracqua' se inventó un taconazo maravilloso para que Gaibor hiciera la 'manita': 5-0.
La inercia del ciclón duró hasta el arranque de la segunda mitad, en la que Quinteros optó por darle descanso a Valencia. Tres minutos tardó Lastra en enchufar el sexto tras un centro de Vera.
La Católica estaba muerta, rota en defensa, incapaz de proponer nada en ataque, a pesar de que encaró lo que quedaba con un plan suicida, dejando atrás unos espacios incomprensibles.
Pudo marcar el gol del honor el equipo de Célico, que dio entrada a Laurito, pero fue Mondaini quien puso la guinda a su partidazo con el 7-0. Una tarde para la historia que el Capwell no olvidará. El golpe para la Católica fue triple: en los puntos, el gol diferencia y el ánimo. Sus opciones de título pasan por una final contra el Emelec. Y, visto lo visto, no deben quedarle muchas ganas.
La Católica estaba muerta, rota en defensa, incapaz de proponer nada en ataque, a pesar de que encaró lo que quedaba con un plan suicida, dejando atrás unos espacios incomprensibles.
Pudo marcar el gol del honor el equipo de Célico, que dio entrada a Laurito, pero fue Mondaini quien puso la guinda a su partidazo con el 7-0. Una tarde para la historia que el Capwell no olvidará. El golpe para la Católica fue triple: en los puntos, el gol diferencia y el ánimo. Sus opciones de título pasan por una final contra el Emelec. Y, visto lo visto, no deben quedarle muchas ganas.
Fuente: Expreso
