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domingo, noviembre 03, 2013

"Recuerdos de cuando el Clásico del Astillero era una fiesta"

Publicado a las 12:45:00 p. m. por webmaster

Editorial de Ricardo Vasconcellos. Publicado por El Universo

El Clásico del Astillero es reconocido por la FIFA como "el derbi del fútbol ecuatoriano, no importa que otro partido aspire a serlo", como dice la página Fútbol Clásico del máximo organismo mundial.

Mis mejores recuerdos de este choque se sitúan en los tiempos del viejo estadio George Capwell, en aquella época en "que los jugadores no sabían nada de fútbol", según un sujeto que presume de poseer toda la sabiduría mundial acerca de este deporte, por sobre Josep Guardiola, César Menotti, Jorge Valdano y otros auténticos maestros, a los que usualmente invita a llamarlo para que despejen sus dudas.

He contado ya que empecé a ir al fútbol a inicios de 1952, pero al investigar la historia encontré que el primer Clásico del Astillero (aunque no tenía todavía tal nombre) jugado en el Capwell ocurrió el 3 de agosto de 1947. Emelec era ya un equipo poderoso que había sido campeón de Guayaquil en 1946, mientras que barcelona empezaba a cuajar la formación que iba a llevarlo a la idolatría.

Aquel día Emelec ganó 3−2 en vibrante partido. Los 'eléctricos' alinearon al 'Torerillo' Arias: Lucho Hungría y José Guamán Castillo; Chento Aguirre, Carlos López y Ricardo Chinche Rivero: Hugo Villacrés, Pichurca Cruz, Gastón Fernández, el Guagüillo Salazar y Luis Casabona, el único de los 'cadetes' del Panamá que pasó a Emelec. Por barcelona estuvieron Enrique Romo; Julio Rodríguez y Rafael Webster; Fausto Montalván, Jorge Cantos y Carlos Alume; José Jiménez, Nelson Lara, Sigifredo Chuchuca, Pelusa Vargas y Guido Andrade. Jorge Muñoz Medina era el técnico que empezaba a armar a barcelona, mientras que a Emelec lo dirigía Ramón Unamuno.


Otro clásico memorable tuvo lugar el 21 de septiembre de 1948. Para entonces ya la prensa guayaquileña los había bautizado así. barcelona puso en el campo a Romo; el Pibe Sánchez y Juan Benítez; Montalván, Cantos y Galo Solís; Jiménez, Pajarito Cantos, Chuchuca, Vargas y Andrade, el 'Quinteto de Oro', cinco cracks que "no sabían jugar al fútbol". Por Emelec estaban Tarzán Torres; Félix Leyton Zurita y Chompi Henríquez (qué pena que ninguno de los dos supiera jugar al fútbol); Rivero, Moscovita Álvarez (ídolo en Santa Fe de Bogotá, en El Dorado colombiano, sin saber patear un balón) y Chento Aguirre (Luis A. Mendoza); José L. Mendoza, el argentino Omar Cáceres −que fue el primer foráneo fichado por Emelec−, José María Jiménez, el riobambeño Víctor Aguayo y Salazar.

Emelec había contratado para dirigir al equipo al argentino Óscar Sabransky, quien llegaba de Santa Fe de Bogotá. Lo anecdótico está en que el gaucho ordenó por primera vez en nuestro fútbol la marca hombre a hombre. Chento Aguirre debía inmovilizar al astuto y pícaro Enrique Cantos, Rivero iba sobre Pelusa Vargas para no dejarlo armar los ataques, y Leyton debía impedir los goles de Chuchuca. Era la inauguración del "marcaje estampilla" en nuestras canchas. Todo fue bien hasta los 20 minutos en que el milagreño Andrade abrió el marcador con un cabezazo.

Todo se derrumbó para los pupilos de Sabransky. Montalván anotó a los 21 minutos, Enrique Cantos a los 25m y Andrade a los 29m. Cuatro goles en 9 minutos. Sabransky ordenó la vuelta a la defensa en zona, pero no le alcanzó. El malabarista Guido Andrade puso otro gol a los 69m, mientras que Humberto Suárez descontaba a los 88m.


Si hay algo que vuelve inolvidables a aquellos futbolistas de los tiempos del viejo Capwell es su amor a la divisa, la pasión con que afrontaban cada partido, sin dejar de poner la gran clase que ha vuelto a algunos de ellos en leyendas de sus equipos. Esto que voy a contarles lo leí en un viejo diario y está anotado en un cuaderno que es parte de mi archivo. Antes del Clásico del 18 de noviembre de 1956, el presidente de barcelona, Eduardo Servigón, entró al camerino y dijo a los jugadores: "Hemos resuelto darles como aliciente una prima de mil sucres a cada uno si ganan. No es una obligación, pero estamos reconocidos por su buen cuidado y disciplina". La cifra era una fortuna en aquellos años (unos $ 55) y equivalía a dos meses de sueldo. Enrique Cantos tomó la palabra a nombre de los toreros: "Presidente, no vamos a jugar por ninguna prima, sino por los colores de barcelona. A usted y a los miembros de la directiva les dedicamos por adelantado la victoria".

barcelona ganó 2−0 y puso en peligro la marcha de Emelec al título, que consiguió finalmente con aquella gran formación que llegó a llamarse El Ballet Azul. En aquel partido Luis Jurado, pequeño y valiente, chocó con el corpulento Eduardo 'Bomba Atómica' Guzmán y sufrió la fractura de la nariz y una herida en la frente. Se negó a salir y volvió a la cancha con un vendaje que se tiñó de sangre al rechazar un disparo del 'Pibe' Larraz que iba a entrar en el marco de Pablo Ansaldo. No quiso aceptar el reemplazo y terminó el partido lleno de coraje.

Así eran los futbolistas de esa era inolvidable. No solo los de barcelona y Emelec; los de todos los equipos. Por eso los recordamos con admiración nosotros que sí los vimos jugar. Tenían carácter, honestidad, clase y corazón, aunque el 'Cantinflas criollo' diga desde un micrófono que "no sabían jugar al fútbol".

El primer juego en el Capwell lo ganó Emelec, y en un Clásico de 1948 un argentino, DT 'eléctrico', inauguró la marcación personal en nuestras canchas.



Comunidad azul



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