lunes, mayo 12, 2014
Análisis: "Un triunfo incuestionable"
Publicado a las 8:22:00 p. m. por webmaster
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"Emelec, Emelec, es el grito que se escucha en el estadio" es la frase con la que los seguidores del cuadro azul celebraron la victoria por 2-0 sobre Barcelona, en una nueva edición del Clásico del Astillero que se vistió de azul en "la caldera" del Capwell.
Para pasar de héroe a villano en el fútbol bastan unos segundos. Es fácil cruzar esa línea en la que tras ganar la idolatría de los aficionados se pasa a recibir su repudio. Eso fue lo que le sucedió al arquero Máximo Banguera, que se erigía como el mejor jugador de su equipo con espectaculares atajadas en la primera fracción.
Pero poco antes del término de la primera etapa, el guardameta 'torero' borró todo lo que había hecho. Tras un centro de Pedro Quiñónez, al que llegó sin ninguna obstrucción, Banguera aflojó el balón que le llegó al argentino Denis Stracqualursi, quien cayéndose metió la pelota en el pórtico del Ídolo; pero antes de ello el delantero empujó el balón con su brazo izquierdo, situación que no fue advertida por el juez Omar Ponce, quien dio por válida la anotación.
Fue otra 'mano de Dios', pero que se produjo como consecuencia de un doble error del arquero 'canario' y del zaguero Juan Carlos Paredes, que perdió la bola y no cubrió su puesto, dejando abandonado el sector por donde se inició la acción; y el otro error fue el del golero que no pudo contener una pelota aparentemente fácil. Esta anotación le dio a los azules la ventaja que buscaban y que les permitió manejar el encuentro con más tranquilidad, aunque sin replegarse.
Para pasar de héroe a villano en el fútbol bastan unos segundos. Es fácil cruzar esa línea en la que tras ganar la idolatría de los aficionados se pasa a recibir su repudio. Eso fue lo que le sucedió al arquero Máximo Banguera, que se erigía como el mejor jugador de su equipo con espectaculares atajadas en la primera fracción.
Pero poco antes del término de la primera etapa, el guardameta 'torero' borró todo lo que había hecho. Tras un centro de Pedro Quiñónez, al que llegó sin ninguna obstrucción, Banguera aflojó el balón que le llegó al argentino Denis Stracqualursi, quien cayéndose metió la pelota en el pórtico del Ídolo; pero antes de ello el delantero empujó el balón con su brazo izquierdo, situación que no fue advertida por el juez Omar Ponce, quien dio por válida la anotación.
Fue otra 'mano de Dios', pero que se produjo como consecuencia de un doble error del arquero 'canario' y del zaguero Juan Carlos Paredes, que perdió la bola y no cubrió su puesto, dejando abandonado el sector por donde se inició la acción; y el otro error fue el del golero que no pudo contener una pelota aparentemente fácil. Esta anotación le dio a los azules la ventaja que buscaban y que les permitió manejar el encuentro con más tranquilidad, aunque sin replegarse.
Para la segunda etapa, los equipos iniciaron sin cambios. Emelec ya había quemado uno en la primera etapa, cuando por lesión debió salir Lastra para dar paso a Quiñónez, coautor del gol 'millonario'; mientras que Ischia prefirió dar más minutos a los jugadores con los que inició el compromiso.
Sin embargo, poco después ordenó dos variantes que casi no aportaron para cambiar la imagen de un equipo que una vez más se mostró ambicioso, pero desordenado.
Mientras que en Emelec los ingresos de Bolaños y Charcopa le dieron orden y profundidad al conjunto azul, dejando a Mena con espacios para proyectarse ante una defensa adelantada que recurría al fuera de juego, pero que en más de una oportunidad fue tomada desubicada. Esta disposición hizo que Ángel Mena se convierta en el delantero más incisivo y más peligroso de su equipo.
El delantero dio un adelanto de lo que sucedería cuando aprovechando otro pase de Quiñónez ingresó al área y venció a Banguera, pero la acción fue anulada por un supuesto fuera de juego inexistente.
Pero el delantero 'eléctrico' tendría su revancha más adelante, al minuto 85, cuando en una acción similar a la que le anularon, ingresó al área solo, dejando atrás la marca de los 'toreros' y con remate cruzado venció la débil resistencia de Banguera, anotando la segunda del partido para los locales.
En los minutos finales, Stracqualursi tuvo la oportunidad de ampliar el marcador, pero su remate salió desviado.
Con este resultado los 'eléctricos' se consolidaron en la cima del torneo, mientras que Barcelona, una vez más, perdió un encuentro en el que el buen fútbol y el orden táctico fueron sus grandes ausentes.
Sin embargo, poco después ordenó dos variantes que casi no aportaron para cambiar la imagen de un equipo que una vez más se mostró ambicioso, pero desordenado.
Mientras que en Emelec los ingresos de Bolaños y Charcopa le dieron orden y profundidad al conjunto azul, dejando a Mena con espacios para proyectarse ante una defensa adelantada que recurría al fuera de juego, pero que en más de una oportunidad fue tomada desubicada. Esta disposición hizo que Ángel Mena se convierta en el delantero más incisivo y más peligroso de su equipo.
El delantero dio un adelanto de lo que sucedería cuando aprovechando otro pase de Quiñónez ingresó al área y venció a Banguera, pero la acción fue anulada por un supuesto fuera de juego inexistente.
Pero el delantero 'eléctrico' tendría su revancha más adelante, al minuto 85, cuando en una acción similar a la que le anularon, ingresó al área solo, dejando atrás la marca de los 'toreros' y con remate cruzado venció la débil resistencia de Banguera, anotando la segunda del partido para los locales.
En los minutos finales, Stracqualursi tuvo la oportunidad de ampliar el marcador, pero su remate salió desviado.
Con este resultado los 'eléctricos' se consolidaron en la cima del torneo, mientras que Barcelona, una vez más, perdió un encuentro en el que el buen fútbol y el orden táctico fueron sus grandes ausentes.
Fuente: Expreso