sábado, agosto 08, 2015
Comerciantes informales y vecinos, afectados por la remodelación del Capwell
Publicado a las 11:33:00 a. m. por webmaster
Tweet
Hace un año la directiva de Emelec, encabezada por su presidente, Nassib Neme, presentó el proyecto de ampliación del estadio Capwell de 20.000 a 40.000 espectadores.
El escenario deportivo, que ya fue remodelado y ampliado en 1991, 1999 y 2006, ahora contará con un local de lujo, según consta en la maqueta.
Ahora tendrá ascensores, dos camerinos nuevos con espacio para buses, área de calentamiento, sanitarios, camerinos para árbitros y control antidoping, un área para discapacitados, embarazadas y personas de la tercera edad.
Pero esta remodelación no solo tendrá alejada por un tiempo a la Boca del Pozo, la barra de Emelec, sino también a decenas de vendedores informales que comercializan gorras, comida, camisetas, banderas y que tendrán que esperar hasta marzo de 2016 -fecha en que se entregaría el estadio- para poder trabajar.
Algunos han viajado hasta Milagro, en donde Emelec hace de local, pero dicen que se sienten perjudicados porque tienen que pagar pasaje y eso les genera más gastos.
El escenario deportivo, que ya fue remodelado y ampliado en 1991, 1999 y 2006, ahora contará con un local de lujo, según consta en la maqueta.
Ahora tendrá ascensores, dos camerinos nuevos con espacio para buses, área de calentamiento, sanitarios, camerinos para árbitros y control antidoping, un área para discapacitados, embarazadas y personas de la tercera edad.
Pero esta remodelación no solo tendrá alejada por un tiempo a la Boca del Pozo, la barra de Emelec, sino también a decenas de vendedores informales que comercializan gorras, comida, camisetas, banderas y que tendrán que esperar hasta marzo de 2016 -fecha en que se entregaría el estadio- para poder trabajar.
Algunos han viajado hasta Milagro, en donde Emelec hace de local, pero dicen que se sienten perjudicados porque tienen que pagar pasaje y eso les genera más gastos.
Es sábado y las calles Quito y San Martín lucen desoladas. Los obreros que trabajan en la remodelación del estadio se han retirado y quien permanece sola en la esquina es doña Rosario Salazar Peñafiel.
Ella vende camisetas de los equipos del astillero desde hace 16 años y hasta ha viajado a Quito, Cuenca o Loja. Además vende las banderas de la Selección del Ecuador y de otros combinados extranjeros como Chile, Argentina y Brasil.
Ella vende camisetas de los equipos del astillero desde hace 16 años y hasta ha viajado a Quito, Cuenca o Loja. Además vende las banderas de la Selección del Ecuador y de otros combinados extranjeros como Chile, Argentina y Brasil.
A esta comerciante guayaquileña la conocen cariñosamente como Rosita. Ella cuenta que de, los 57 años de edad que tiene, 16 los ha dedicado a vender camisetas.
Asegura que ha escuchado que, luego de la remodelación, no se permitirá vender en los alrededores del Capwell.
“Dicen que no nos permitirán trabajar y eso me preocupa porque debo tomar medicinas por un problema que tengo en el único riñón que funciona. A mí me interesa alquilar un local cerca del estadio para vender mis camisetas. Me gustaría que la dirigencia tuviera en cuenta a los informales en el plan de remodelación”.
Malestar similar experimenta Piedad Santamaría. Ella es propietaria de la casa esquinera que Rosita utiliza para vender.
Dice que la ampliación sí le ha perjudicado. Las maquinarias han movido las bases de su casa y las paredes se han cuarteado. Ella asegura que la dirigencia, en vez de invertir en un espacio tan pequeño, debería trasladarlo a otro sitio.
Santamaría cree que la remodelación del estadio generó que muchas personas perdieran sus fuentes de ingreso. “Los cuidadores de carros y comerciantes han sido afectados. Las ventas bajaron un 70%”.
Asegura que ha escuchado que, luego de la remodelación, no se permitirá vender en los alrededores del Capwell.
“Dicen que no nos permitirán trabajar y eso me preocupa porque debo tomar medicinas por un problema que tengo en el único riñón que funciona. A mí me interesa alquilar un local cerca del estadio para vender mis camisetas. Me gustaría que la dirigencia tuviera en cuenta a los informales en el plan de remodelación”.
Malestar similar experimenta Piedad Santamaría. Ella es propietaria de la casa esquinera que Rosita utiliza para vender.
Dice que la ampliación sí le ha perjudicado. Las maquinarias han movido las bases de su casa y las paredes se han cuarteado. Ella asegura que la dirigencia, en vez de invertir en un espacio tan pequeño, debería trasladarlo a otro sitio.
Santamaría cree que la remodelación del estadio generó que muchas personas perdieran sus fuentes de ingreso. “Los cuidadores de carros y comerciantes han sido afectados. Las ventas bajaron un 70%”.
El 21 de diciembre de 2014, cuando el equipo azul alcanzó su campeonato número 12 (ante barcelona), fue la última gran venta de los comerciantes, pero desde ahí hasta inicios de febrero todo decayó.
Vino la etapa escolar y el invierno. Sin embargo, los comerciantes del Capwell no se atreven a buscar otro escenario deportivo.
José Mite, de 45 años de edad y comerciante de banderas, asegura que afuera del estadio azul las ventas están garantizadas los fines de semana que Emelec juega de local.
“Aquí puedo vender las camisetas y banderas de todos los equipos. En el estadio de barcelona a más de la competencia que existe no podemos llevar los colores de otros equipos”.
Pero el problema no solo es para los informales. Jeanine Solange Montalvo tiene una tienda de abarrotes en San Martín y Pío Montúfar; ella asegura que el porcentaje de las ventas decreció a raíz de que Emelec dejó de jugar sus partidos en el Capwell.
“Es un malestar general para quienes tenemos nuestros negocios alrededor del estadio. Las personas que vienen al estadio se convierten en nuestros clientes. Las tiendas vendían mucho los fines de semana, pero en un año estaremos mejor con mayor número de hinchas visitando el estadio”.
Vino la etapa escolar y el invierno. Sin embargo, los comerciantes del Capwell no se atreven a buscar otro escenario deportivo.
José Mite, de 45 años de edad y comerciante de banderas, asegura que afuera del estadio azul las ventas están garantizadas los fines de semana que Emelec juega de local.
“Aquí puedo vender las camisetas y banderas de todos los equipos. En el estadio de barcelona a más de la competencia que existe no podemos llevar los colores de otros equipos”.
Pero el problema no solo es para los informales. Jeanine Solange Montalvo tiene una tienda de abarrotes en San Martín y Pío Montúfar; ella asegura que el porcentaje de las ventas decreció a raíz de que Emelec dejó de jugar sus partidos en el Capwell.
“Es un malestar general para quienes tenemos nuestros negocios alrededor del estadio. Las personas que vienen al estadio se convierten en nuestros clientes. Las tiendas vendían mucho los fines de semana, pero en un año estaremos mejor con mayor número de hinchas visitando el estadio”.
Otro local perjudicado es el Gamboa Boxing Center, el único centro especializado en boxeo del Ecuador en donde bajo un innovador y seguro sistema personalizado los practicantes aprenden la técnica y la táctica del boxeo.
Quienes practican esa disciplina tendrán inconvenientes para ingresar al local, ya que la calle Pedro Moncayo -en donde se ubica el sitio- será peatonal, y eso genera malestar en quienes llegan en vehículo.
Quienes practican esa disciplina tendrán inconvenientes para ingresar al local, ya que la calle Pedro Moncayo -en donde se ubica el sitio- será peatonal, y eso genera malestar en quienes llegan en vehículo.
Los trabajos en el estadio concluirán en marzo de 2016. Pasan de 20.000 a 40.000 espectadores.
Fuente: El Deportivo