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sábado, noviembre 28, 2015
"Miller, alma de mito con el cielo en las manos"
Publicado a las 11:30:00 a. m. por webmaster
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Editorial de Roberto Bonafont. Publicado por Expreso.
Los cuatro defensores basculan constantemente e impiden que los pasillos entre ellos sean demasiado anchos. Evitan que les puedan entrar con facilidad.
Dependiendo del costado por donde llegue el ataque: Achilier presiona al delantero rival que recibe el balón y, en ese momento, Guagua, el segundo central, ocupa el puesto del primero; mientras, Pedro Quiñónez cubre el puesto de Guagua. El movimiento de cobertura al compañero es instantáneo.
Emelec sale con el balón desde Esteban Dreer, avanza sin prisa al inicio para que ninguno quede descolgado. Todos juntos, cruzan el centro del campo y entonces el ataque masivo.
Fernando Gaibor, interior con capacidad de incidir en ambas áreas, suma valor en ataque y defensa. El carácter de siempre con mejoras significativas. Ir hasta el final es obligatorio.
Mena toca con precisión, gana la espalda de la defensa; es la conexión diagonal que tiene Miller Bolaños. Amenaza segura para el oponente. Mortal en últimos 30 metros. Se mueve de fuera hacia dentro como símbolo de fútbol bien jugado.
Dependiendo del costado por donde llegue el ataque: Achilier presiona al delantero rival que recibe el balón y, en ese momento, Guagua, el segundo central, ocupa el puesto del primero; mientras, Pedro Quiñónez cubre el puesto de Guagua. El movimiento de cobertura al compañero es instantáneo.
Emelec sale con el balón desde Esteban Dreer, avanza sin prisa al inicio para que ninguno quede descolgado. Todos juntos, cruzan el centro del campo y entonces el ataque masivo.
Fernando Gaibor, interior con capacidad de incidir en ambas áreas, suma valor en ataque y defensa. El carácter de siempre con mejoras significativas. Ir hasta el final es obligatorio.
Mena toca con precisión, gana la espalda de la defensa; es la conexión diagonal que tiene Miller Bolaños. Amenaza segura para el oponente. Mortal en últimos 30 metros. Se mueve de fuera hacia dentro como símbolo de fútbol bien jugado.
Miller es el interior más completo en el último pase. Toque y criterio. Insustituible. La llave del partido. Giménez interpreta el rigor. Su línea defensiva está milimétricamente ajustada y armonizada, con Mena-Miller y Burbano a la distancia exacta. Es un modo de jugar donde la movilidad, el intercambio posicional y la búsqueda de superioridad es la fórmula efectiva.
Con Baguí hace el 2x1 sobre la banda, presión más recuperación, más salida. Miller Bolaños tiene paciencia para controlar el partido apoyándose en la pelota. La maniobra de fina sensibilidad. Muestra afecto por la red (23 goles), se mueve pensando en ella, a favor de la creación constante.
La riqueza para meter un cambio de 30 y 40 metros con el destino asegurado. La precisión para ir a la pared calibrada por la medida de su toque. Sentido de la administración del ritmo en la última puntada ofensiva.
Miller es de lágrima dura y guardia cerrada. Desequilibra la primera marca y deja fuera de distancia la segunda. Hace lo que siente y lo que debe; convierte todo en mística. Es más escurridizo de lo que aparenta. Su tranco incansable su infalible anticipo. Una personalidad cercana al atrevimiento, que da mucho sin mirar a quien. Interpreta el concepto de tocar y moverse para volver a intervenir en la jugada.
Su pique constante lo hace transparente para la marca. Atrae a los rivales a la presión para derribarlos de uno en uno. Nunca se va del partido, su constancia no está en empezar sino en perseverar. Encuentra claros donde solo se ven pies. Varios toques orilleros, para asegurar la tenencia y distraer. Defiende muy cerca de donde ataca. Jamás desentona entra en el desmarque y la rotación de memoria. Sabe acoplarse a la velocidad centelleante de cualquiera. Tiene desequilibrio en su freno sorpresivo.
Con Baguí hace el 2x1 sobre la banda, presión más recuperación, más salida. Miller Bolaños tiene paciencia para controlar el partido apoyándose en la pelota. La maniobra de fina sensibilidad. Muestra afecto por la red (23 goles), se mueve pensando en ella, a favor de la creación constante.
La riqueza para meter un cambio de 30 y 40 metros con el destino asegurado. La precisión para ir a la pared calibrada por la medida de su toque. Sentido de la administración del ritmo en la última puntada ofensiva.
Miller es de lágrima dura y guardia cerrada. Desequilibra la primera marca y deja fuera de distancia la segunda. Hace lo que siente y lo que debe; convierte todo en mística. Es más escurridizo de lo que aparenta. Su tranco incansable su infalible anticipo. Una personalidad cercana al atrevimiento, que da mucho sin mirar a quien. Interpreta el concepto de tocar y moverse para volver a intervenir en la jugada.
Su pique constante lo hace transparente para la marca. Atrae a los rivales a la presión para derribarlos de uno en uno. Nunca se va del partido, su constancia no está en empezar sino en perseverar. Encuentra claros donde solo se ven pies. Varios toques orilleros, para asegurar la tenencia y distraer. Defiende muy cerca de donde ataca. Jamás desentona entra en el desmarque y la rotación de memoria. Sabe acoplarse a la velocidad centelleante de cualquiera. Tiene desequilibrio en su freno sorpresivo.
