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...promoviendo auténticas batallas campales que, gracias a la participación de sus delincuentes/integrantes, siguen ocasionando pérdidas de todo tipo...

...las cuales han llegado incluso a los extremos, con un nuevo asesinato de un inocente, esta vez en Quito, por parte de un grupo de cobardes montoneros que, diga lo que diga la prensa afiliada a la causa ligay, si forman parte de la 'Muerte Blanca' (término perfectamente aplicable a lo sucedido)...

...la hinchada de Emelec y el país entero recordó ayer el segundo aniversario del asesinato del niño Carlos Manuel Cedeño, hincha del Club Sport Emelec, perpetrado en el estadio Monumental por parte de un integrante de la barra "Sur Oscura" que, pese a todas las promesas, las supuestas investigaciones, a la indignación fingida frente a los medios, los minutos de silencio y a las sonoras proclamas de que "se hará justicia", sigue libre gracias a la ineptitud del sistema judicial ecuatoriano, al encubrimiento por parte de los líderes de dicha banda de delincuentes barra brava y al infame olvido de la prensa amarilla (que en Ecuador es la mayoría) que, seguramente respira tranquila ante la impunidad reinante en este caso.

En dos años, las cosas no han mejorado nada. Los operativos policiales, inicialmente estrictos, para controlar y evitar el ingreso de bengalas, armas, personas en estado de embriaguez y demás, han quedado en nada. La misma policía solo hace de espectador cuando, a las afueras de los estadios, las hinchadas se enfrentan salvajemente. La legislación ecuatoriana sigue siendo un testigo mudo de las incesantes amenazas que los hinchas, especialmente de equipos tradicionalmente enfrentados, se lanzan mutuamente en internet, las cuales en muchas ocasiones desembocan en peleas y daños a terceros. Los medios no les hacen seguimiento a los procesos que buscan hallar a los culpables de los delitos relacionados con el fútbol y sus equipos. Solo van tras el escándalo, y cuando éste se acaba, su interés también.

Como resultado, los hinchas del fútbol, sin importar el equipo con el que nos identifiquemos, no podemos recorrer tranquilamente la ciudad (usando la camiseta de nuestro club) sin que exista el riesgo de llegar a una "zona rival" o de encontrarnos con un "grupo de choque" que, como ha sucedido tantas veces, nos agreda en montonera y sin razón.

24 meses transcurridos y las cosas siguen iguales. El problema no se ha resuelto, y nadie hace nada para que así sea. Nadie parece siquiera recordar lo sucedido el 16 de septiembre del 2007 en el estadio de barcelona. Ni el Estado, ni la policía, ni las hinchadas violentas, ni las dirigencias de los clubes que las patrocinan... Todos ellos, por pereza, ineficacia o conveniencia, parecen haberlo olvidado. Pero nosotros no. La tristeza y la indignación no permiten que nos olvidemos de Carlos Cedeño, de su trágica y absurda muerte, de lo mucho que el país podría haber aprendido y mejorado a raíz de su deceso, y lo poco que en realidad significó para una sociedad tan amnésica como la nuestra.

"Emelec... ¡al máximo!" expresa su solidaridad para con los padres y familiares de Carlos Manuel Cedeño Véliz, al recordarse 2 años de su repentina partida. La pérdida de esa joven vida fue también una gran pérdida para el fútbol ecuatoriano, para los hinchas y para la fiesta que se supone deberíamos vivir en los estadios, alentando a nuestro equipo del alma. La esperanza de que las cosas mejoren en nuestro país, a nivel de seguridad y justicia, sigue intacta en la mente de quienes nos negamos a olvidar lo sucedido. Me gustaría decir que Carlitos no murió en vano, que las cosas mejoraron, que el Ecuador ha aprendido algo a raíz de eso. Pero la realidad actual me lo impide.