domingo, diciembre 18, 2011
"¡Aunque no demos la vuelta, Emelec es una fiesta!".
La hinchada azul demostró su grandeza en la Final 2011
Publicado a las 6:50:00 p. m. por webmaster
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Los cinco mil hinchas de Emelec que estuvieron ayer en el estadio Atahualpa en la final del campeonato del 2011 ante Deportivo Quito, se hicieron sentir antes, durante y después del partido.
La general noroccidental, que fue reservada para los visitantes, resultó pequeña para albergar a los emelecistas. Muchos hinchas fueron impedidos de ingresar a este lugar.
La avenida Amazonas, que está a unos 50 metros del primer escenario deportivo de la capital, se tiñó de azul horas antes del partido.
Los buses que traían a los seguidores de Emelec de diferentes partes del país comenzaron a llegar a este sector desde las siete de la mañana. Cuarenta buses arribaron hasta las 10:15.
La general noroccidental, que fue reservada para los visitantes, resultó pequeña para albergar a los emelecistas. Muchos hinchas fueron impedidos de ingresar a este lugar.
La avenida Amazonas, que está a unos 50 metros del primer escenario deportivo de la capital, se tiñó de azul horas antes del partido.
Los buses que traían a los seguidores de Emelec de diferentes partes del país comenzaron a llegar a este sector desde las siete de la mañana. Cuarenta buses arribaron hasta las 10:15.
Los hinchas prepararon las banderas y en medio de cánticos se dirigieron caminando al estadio. Ellos ocupaban todo el ancho de la avenida Naciones Unidas. Un sol radiante calentaba la mañana quiteña.
A pesar de la protección policial, se dieron roces con los simpatizantes del club local. Pero no fueron de mayores proporciones. La policía montaba controló los disturbios.
Sin embargo, los visitantes se quejaban del mal trato de los uniformados.
A pesar de la protección policial, se dieron roces con los simpatizantes del club local. Pero no fueron de mayores proporciones. La policía montaba controló los disturbios.
Sin embargo, los visitantes se quejaban del mal trato de los uniformados.
Los seguidores de Emelec delimitaron su espacio en el interior del estadio con innumerables pancartas azules. Según sus leyendas vinieron hinchas de Guayaquil, Quevedo, Pasaje, Pascuales, Manta, Tosagua, Caluma, Santo Domingo de los Tsáchilas, Tena, Lago Agrio, Ambato, Riobamba…
Faltaba una hora para el pitazo inicial y ya se vivía un carnaval azul en el estadio Olímpico Atahualpa. Los seguidores de Emelec parecían en ciertos momentos que eran mayoría, por su constante apoyo a su equipo.
Con luces, papel picado y cánticos recibieron a su club.
Faltaba una hora para el pitazo inicial y ya se vivía un carnaval azul en el estadio Olímpico Atahualpa. Los seguidores de Emelec parecían en ciertos momentos que eran mayoría, por su constante apoyo a su equipo.
Con luces, papel picado y cánticos recibieron a su club.
Pero el árbitro Alfredo Intriago les obligó a retirar las pancartas de la malla que separa de la pista sintética de atletismo. Esto manda el reglamento del campeonato ecuatoriano de fútbol. Los eufóricos simpatizantes del equipo 'millonario', muchos en dorso desnudo, se resistían a quitar las telas.
Los policías solamente se limitaban a mirar las cosas.
El partido se retrasó doce minutos por este motivo.
Su apoyo era intenso y fuerte. Los emelecistas nunca dejaron de cantar. Incluso, cuando salió expulsado el zaguero central Eduardo Morante, en vez de reprocharlo, lo despidieron con palmas.
Ni el gol del Deportivo Quito pudo silenciar a los hinchas de Emelec. Mientras, los seguidores 'chullas' comenzaban a saborear el título, los del Emelec se pusieron de pie y a todo pulmón demostraban su apoyo a los dirigidos por el novel entrenador Marcelo Fleitas.
Los policías solamente se limitaban a mirar las cosas.
El partido se retrasó doce minutos por este motivo.
Su apoyo era intenso y fuerte. Los emelecistas nunca dejaron de cantar. Incluso, cuando salió expulsado el zaguero central Eduardo Morante, en vez de reprocharlo, lo despidieron con palmas.
Ni el gol del Deportivo Quito pudo silenciar a los hinchas de Emelec. Mientras, los seguidores 'chullas' comenzaban a saborear el título, los del Emelec se pusieron de pie y a todo pulmón demostraban su apoyo a los dirigidos por el novel entrenador Marcelo Fleitas.
Muchos pensaban que los visitantes iban a abandonar el estadio, ya que las cosas estaban sentenciadas, pues restaban solamente tres minutos para la culminación del partido. El argentino Matías Alustiza salió del banco de suplentes para anotar el gol del triunfo.
Pero no fue así. La fiel hinchada del "Bombillo" se mantuvo firme y premió al final con una ovación el esfuerzo de los jugadores.
Pero no fue así. La fiel hinchada del "Bombillo" se mantuvo firme y premió al final con una ovación el esfuerzo de los jugadores.
El lateral Gabriel Achiller y el zaguero José Luis Quiñóñez se acercaron y lanzaron sus camisetas a la hinchada, como agradecimiento al respaldo.
Sin embargo, comenzaron a salir cuando se iba a cumplir la premiación a los integrantes del Deportivo Quito.
Jorge Barrientos vino desde Riobamba. Él tiene 28 años y es hincha de Emelec. No podía contener el llanto y se pasaba la esquina de la bandera por el rostro. Sus dos amigos trataban de consolarlo.
"No me da vergüenza llorar por mi equipo. Siento mucha tristeza. Pero al mismo tiempo, estoy orgulloso de mi Emelec, porque nunca se entregó. Así le queríamos ver en la primera final que se jugó en Guayaquil".
Reina Martínez, más conocida como la "Gorda Matosa", quien es hincha a muerte de Emelec, también lloraba como una niña. Ella vestía de azul de pies a cabeza. Hasta sus labios eran del color de su equipo.
Jorge Barrientos vino desde Riobamba. Él tiene 28 años y es hincha de Emelec. No podía contener el llanto y se pasaba la esquina de la bandera por el rostro. Sus dos amigos trataban de consolarlo.
"No me da vergüenza llorar por mi equipo. Siento mucha tristeza. Pero al mismo tiempo, estoy orgulloso de mi Emelec, porque nunca se entregó. Así le queríamos ver en la primera final que se jugó en Guayaquil".
Reina Martínez, más conocida como la "Gorda Matosa", quien es hincha a muerte de Emelec, también lloraba como una niña. Ella vestía de azul de pies a cabeza. Hasta sus labios eran del color de su equipo.
Mientras los emelecistas caminaban a la avenida Amazonas para abordar los buses y regresar a sus ciudades de origen, volvieron a darse roces con los seguidores 'chullas'. La policía tuvo una ardua tarea para mantener el orden.
Fuente: Expreso