domingo, abril 15, 2012
José Luis Quiñonez: héroe en Ecuador, verdugo en Brasil y Paraguay
Publicado a las 9:33:00 a. m. por webmaster
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El jugador ecuatoriano José Luis Quiñónez amaneció el viernes como 'el héroe' de la sorprendente clasificación del Emelec a los octavos de final de la Copa Libertadores.
El versátil jugador de 27 años, que cumple con solvencia como defensor y centrocampista, marcó a los 92 minutos el gol de la victoria por 2-3 sobre el Olimpia en un escenario de mucho significado para la Copa Libertadores: el Defensores del Chaco.
Quiñónez destacó en esa noche asunceña por su buen desempeño en el trabajo de contención, así como por la anticipación a las intenciones de los delanteros del equipo paraguayo, ganador de tres ediciones de la Copa Libertadores, en 1979, 1990 y 2002.
Si bien su gol de cabeza no fue el primero en su haber, el de la noche del jueves lo celebró como si fuera el único, de manera intensa, con sus compañeros y con sobrada razón.
El versátil jugador de 27 años, que cumple con solvencia como defensor y centrocampista, marcó a los 92 minutos el gol de la victoria por 2-3 sobre el Olimpia en un escenario de mucho significado para la Copa Libertadores: el Defensores del Chaco.
Quiñónez destacó en esa noche asunceña por su buen desempeño en el trabajo de contención, así como por la anticipación a las intenciones de los delanteros del equipo paraguayo, ganador de tres ediciones de la Copa Libertadores, en 1979, 1990 y 2002.
Si bien su gol de cabeza no fue el primero en su haber, el de la noche del jueves lo celebró como si fuera el único, de manera intensa, con sus compañeros y con sobrada razón.
Esto porque propios y extraños daban por eliminado al Emelec en la fase de grupos de la Libertadores y apenas unos pocos confiaban en 'el milagro' de derrotar al Olimpia en su propio fortín.
El tanto de Quiñónez, que apenas ha sido llamado dos veces a la selección absoluta tuvo un efecto triple: clasificó a su equipo, apeó de la competición al 'Decano' del fútbol paraguayo y frustró la fiesta que a esa misma hora preparaba el Flamengo por la goleada al Lanús por 3-0.
La prensa deportiva ecuatoriana no contaba con el espíritu guerrero que ha adquirido el Emelec, que el uruguayo nacionalizado ecuatoriano Marcelo Fleitas ha imprimido, primero como jugador, y ahora como entrenador.
La garra, la anticipación y la regularidad que caracterizaron a Fleitas en su época de futbolista y, sobre todo, cuando jugó en Emelec, parecieron un calco en la disposición de sus jugadores, a partir de Quiñónez.
Este jugador forjado en la cantera del 'eléctrico' y con un breve pasaje en el 2005 por el Liga de Portoviejo fue hasta el año pasado un buen emergente, pero tras la retirada de Fleitas como futbolista y su paso al banco se afirmó como titular.
Ahora Quiñónez será recordado como el verdugo de un grande en la Libertadores.
El tanto de Quiñónez, que apenas ha sido llamado dos veces a la selección absoluta tuvo un efecto triple: clasificó a su equipo, apeó de la competición al 'Decano' del fútbol paraguayo y frustró la fiesta que a esa misma hora preparaba el Flamengo por la goleada al Lanús por 3-0.
La prensa deportiva ecuatoriana no contaba con el espíritu guerrero que ha adquirido el Emelec, que el uruguayo nacionalizado ecuatoriano Marcelo Fleitas ha imprimido, primero como jugador, y ahora como entrenador.
La garra, la anticipación y la regularidad que caracterizaron a Fleitas en su época de futbolista y, sobre todo, cuando jugó en Emelec, parecieron un calco en la disposición de sus jugadores, a partir de Quiñónez.
Este jugador forjado en la cantera del 'eléctrico' y con un breve pasaje en el 2005 por el Liga de Portoviejo fue hasta el año pasado un buen emergente, pero tras la retirada de Fleitas como futbolista y su paso al banco se afirmó como titular.
Ahora Quiñónez será recordado como el verdugo de un grande en la Libertadores.
El romance del 'Pulpo' con la número cinco se inició una tarde de abril de 2000, cuando salió de la casa de sus padres, ubicada en la cooperativa Balerio Estacio, norte de Guayaquil. En lugar de ir al Liceo Cristiano, donde estudiaba, se dirigió al polideportivo de Los Samanes para probar suerte en las divisiones menores del 'Bombillo'.
Su gran contextura y calidad hicieron que el técnico Humberto Pizarro le dé el visto bueno y lo catapulte directamente a la categoría sub-20, aunque tenía cuatro años menos.
La temporada 2004 la vivió entre el primer equipo y el semillero azul. Un año después fue cedido a Liga de Portoviejo, donde tuvo continuidad.
En 2006 Carlos Torres Garcés pidió su regreso, para reforzar una línea medular donde también estaban: Luis Guillermo Rivera, Cristian Noboa y Armando Paredes. El 'Bombillo' coronó esa campaña con un vicecampeonato.
Necesidades tácticas hicieron que varios entrenadores lo muevan de su puesto inicial de volante de corte a la de zaguero central, hasta que fue perdiendo espacio en el once titular.
Nunca pudo jugar en la delantera, como era su aspiración en la juventud.
"Yo no hago muchos goles, pero los pocos que anoto son los pepas", dijo en una ocasión.
La noche del jueves, en la cancha del Defensores del Chaco, lo volvió a demostrar y Emelec alcanzó una de sus gestas más gloriosas. Las lágrimas de Quiñónez se justificaban.
Su gran contextura y calidad hicieron que el técnico Humberto Pizarro le dé el visto bueno y lo catapulte directamente a la categoría sub-20, aunque tenía cuatro años menos.
La temporada 2004 la vivió entre el primer equipo y el semillero azul. Un año después fue cedido a Liga de Portoviejo, donde tuvo continuidad.
En 2006 Carlos Torres Garcés pidió su regreso, para reforzar una línea medular donde también estaban: Luis Guillermo Rivera, Cristian Noboa y Armando Paredes. El 'Bombillo' coronó esa campaña con un vicecampeonato.
Necesidades tácticas hicieron que varios entrenadores lo muevan de su puesto inicial de volante de corte a la de zaguero central, hasta que fue perdiendo espacio en el once titular.
Nunca pudo jugar en la delantera, como era su aspiración en la juventud.
"Yo no hago muchos goles, pero los pocos que anoto son los pepas", dijo en una ocasión.
La noche del jueves, en la cancha del Defensores del Chaco, lo volvió a demostrar y Emelec alcanzó una de sus gestas más gloriosas. Las lágrimas de Quiñónez se justificaban.
Síntesis de noticias publicadas por ABC y Expreso