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sábado, febrero 06, 2016
"Bueno es culantro..."
Publicado a las 8:00:00 p. m. por webmaster
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Editorial de Francisco Sandoval. Publicado por Bendito Fútbol.
Es innegable: el éxito alcanzado por el Club Sport Emelec a nivel local durante los últimos años se debe al estilo dirigencial de Nassib Neme. No hay secretos ni dudas al respecto: el trabajo del empresario y su equipo al frente del actual tricampeón se ha convertido en el ejemplo de buena administración que tanta falta le hacía al deporte de nuestro país.
La gestión de Neme y compañía ha ido más allá que simplemente ganar torneos, juntar dinero y no acumular deudas: ha trabajado con ahínco en el engrandecimiento institucional y en el fortalecimiento de Emelec como marca comercial, haciéndolo atractivo para la inversión publicitaria de grandes empresas de todo el mundo, con las que ha logrado beneficiosos convenios que otros clubes –incluso algunos autoproclamados “grandes”- apenas alcanzan a soñar.
Todo esto, además de la exitosa venta de varias figuras del equipo al fútbol del exterior, como Morante, De Jesús o Valencia, entre otros, son los cimientos de la estabilidad económica e institucional de la que el club 'eléctrico' disfruta hoy en día, que se traduce en el arrasador éxito de su equipo principal de fútbol (que, lamentablemente, no se ha replicado en las categorías juveniles ni en otras disciplinas, pero de eso hablaremos otro día).
¿Qué haría cualquiera de nosotros, hinchas viscerales, si fuéramos dirigentes y tuviéramos tanto dinero a disposición? Lo primero que se me ocurre es que contrataría muchos jugadores por temporada, de nombres pomposos y sueldos elevados, cuyo prestigio sea suficiente –en teoría- para que Emelec arrase con cuanto torneo se le ponga al frente; y que echaría al DT y a medio equipo si no ganamos un Clásico del Astillero. Sin embargo, la prudente administración de Neme ha alcanzado el éxito haciendo exactamente lo contrario: formar y mantener una excelente base de jugadores, entre nacionales y extranjeros, y hacer retoques menores solo cuando el DT lo considere necesario.
La gestión de Neme y compañía ha ido más allá que simplemente ganar torneos, juntar dinero y no acumular deudas: ha trabajado con ahínco en el engrandecimiento institucional y en el fortalecimiento de Emelec como marca comercial, haciéndolo atractivo para la inversión publicitaria de grandes empresas de todo el mundo, con las que ha logrado beneficiosos convenios que otros clubes –incluso algunos autoproclamados “grandes”- apenas alcanzan a soñar.
Todo esto, además de la exitosa venta de varias figuras del equipo al fútbol del exterior, como Morante, De Jesús o Valencia, entre otros, son los cimientos de la estabilidad económica e institucional de la que el club 'eléctrico' disfruta hoy en día, que se traduce en el arrasador éxito de su equipo principal de fútbol (que, lamentablemente, no se ha replicado en las categorías juveniles ni en otras disciplinas, pero de eso hablaremos otro día).
¿Qué haría cualquiera de nosotros, hinchas viscerales, si fuéramos dirigentes y tuviéramos tanto dinero a disposición? Lo primero que se me ocurre es que contrataría muchos jugadores por temporada, de nombres pomposos y sueldos elevados, cuyo prestigio sea suficiente –en teoría- para que Emelec arrase con cuanto torneo se le ponga al frente; y que echaría al DT y a medio equipo si no ganamos un Clásico del Astillero. Sin embargo, la prudente administración de Neme ha alcanzado el éxito haciendo exactamente lo contrario: formar y mantener una excelente base de jugadores, entre nacionales y extranjeros, y hacer retoques menores solo cuando el DT lo considere necesario.
Hasta ahora, esto ha funcionado bien: Emelec es tricampeón nacional, y ha tenido participaciones decentes –no buenas, solo decentes- en Copa Libertadores y Copa Sudamericana. Pero la estrategia de contratar poco y barato tendrá una dura prueba esta temporada, tras la inminente salida de Miller Bolaños, goleador del equipo y su motor futbolístico; y de John Narváez, de innegable valor en el bloque defensivo.
Y cuando todos pensábamos que estas salidas –especialmente la de Miller- obligarían a Neme a contratar un jugador de renombre para reemplazar esos 25 goles que se nos van, la llegada de Guanca –un volante ofensivo prometedor pero sin gol- nos dejó estupefactos, y evidenció la confianza ciega que el dirigente y el cuerpo técnico tienen en que Mena, Mondaini y Herrera podrán suplir este déficit.
¿Tienen razón en estar tan confiados? Lo visto en los partidos amistosos jugados hasta ahora parece indicar que no. Mondaini no deja de lesionarse, Mena, Guanca y Matamoros cumplieron una aceptable labor acarreando el balón hacia adelante, pero no encuentran la respuesta adecuada de Herrera, el inofensivo 9 que el club se empeña en mantener en sus filas, respaldar y no buscarle reemplazo, pese a que los goles cantados que ha perdido frente al arco se cuentan por decenas.
¿Qué más trajeron? Un arquero al que las estadísticas nos autorizan a señalar como “bastante malo”, y un lateral que viene de fracasar en el ascenso mexicano. ¿Y eso es todo? ¿Con eso –y sin Miller- pretendemos cumplir el tan difundido propósito de ganar un torneo internacional?
Eso hace que nos preguntemos: ¿Hasta qué punto tiene validez la austeridad en contrataciones de la que Neme y su equipo hacen gala? ¿Están seguros de que con lo que tenemos es suficiente a nivel continental, como han repetido en los medios hasta el hartazgo? ¿Hay fundamento futbolístico para la soberbia de declarar con tanta anticipación que el club ya cerró sus contrataciones?
Tal vez después analizar el desempeño del equipo en los partidos jugados en la pretemporada, Neme y De Felippe tendrán mayores elementos de juicio para responder estas preguntas y tomar las acciones correctivas que sean necesarias, con la mira en lograr el tetracampeonato y ganar un torneo internacional. Y los hinchas ya podremos avisorar si Nassib volverá a cerrarnos la boca con su visión futbolística y dirigencial, o si, por el contrario, su estrategia, que tanto éxito nos trajo en temporadas anteriores, ya empieza a caer en decadencia y es tiempo de dejar de aplicarla. Como dice el dicho: “Bueno es culantro, pero no tanto”.
Y cuando todos pensábamos que estas salidas –especialmente la de Miller- obligarían a Neme a contratar un jugador de renombre para reemplazar esos 25 goles que se nos van, la llegada de Guanca –un volante ofensivo prometedor pero sin gol- nos dejó estupefactos, y evidenció la confianza ciega que el dirigente y el cuerpo técnico tienen en que Mena, Mondaini y Herrera podrán suplir este déficit.
¿Tienen razón en estar tan confiados? Lo visto en los partidos amistosos jugados hasta ahora parece indicar que no. Mondaini no deja de lesionarse, Mena, Guanca y Matamoros cumplieron una aceptable labor acarreando el balón hacia adelante, pero no encuentran la respuesta adecuada de Herrera, el inofensivo 9 que el club se empeña en mantener en sus filas, respaldar y no buscarle reemplazo, pese a que los goles cantados que ha perdido frente al arco se cuentan por decenas.
¿Qué más trajeron? Un arquero al que las estadísticas nos autorizan a señalar como “bastante malo”, y un lateral que viene de fracasar en el ascenso mexicano. ¿Y eso es todo? ¿Con eso –y sin Miller- pretendemos cumplir el tan difundido propósito de ganar un torneo internacional?
Eso hace que nos preguntemos: ¿Hasta qué punto tiene validez la austeridad en contrataciones de la que Neme y su equipo hacen gala? ¿Están seguros de que con lo que tenemos es suficiente a nivel continental, como han repetido en los medios hasta el hartazgo? ¿Hay fundamento futbolístico para la soberbia de declarar con tanta anticipación que el club ya cerró sus contrataciones?
Tal vez después analizar el desempeño del equipo en los partidos jugados en la pretemporada, Neme y De Felippe tendrán mayores elementos de juicio para responder estas preguntas y tomar las acciones correctivas que sean necesarias, con la mira en lograr el tetracampeonato y ganar un torneo internacional. Y los hinchas ya podremos avisorar si Nassib volverá a cerrarnos la boca con su visión futbolística y dirigencial, o si, por el contrario, su estrategia, que tanto éxito nos trajo en temporadas anteriores, ya empieza a caer en decadencia y es tiempo de dejar de aplicarla. Como dice el dicho: “Bueno es culantro, pero no tanto”.
