¿En serio, idiota? Nos acusas a nosotros, los emelecistas (a quienes te refieres, desde tu profunda ignorancia, como "montubios") de ser noveleros?

Increíble. En vez de putearte y bannearte del cbox como te mereces, voy a confrontar tu rebuzno con algunas otras opiniones y datos.

¿Qué te parece si buscamos unas estadísticas de asistencia de hinchas de todos los equipos a los estadios, tanto como locales como de visita? ¿O tal vez algunos datos del promedio de asistencias al estadio pagadas por las diferentes hinchadas?

Bueno, era de suponerse que los números son demasiado para tu pequeña mente. Así que buscaremos opiniones que se puedan considerar válidas, como la de Rodrigo Paz, dirigente de tu propio equipo chico.



O tal vez la de los jugadores de ligay, al ver que solo fueron recibidos por un único hincha en el aeropuerto, cuando regresaron de Europa tras haber sido humillados por el Real Madrid. Debieron sentirse mal al ver ese panorama tan... solitario. Seguramente la palabra "noveleros" pasó por la mente de más de un jugador de ligay en ese momento, ¿no crees?

Si eso no te dejó conforme, ¿qué tal si revisamos el contenido de esta promoción que buscaba desesperadamente que alguien vaya al estadio? ¿Recuerdas la dirigencia de qué equipo lanzó este patético 'combo'? Tal vez esta foto refresque tu memoria (fíjate en el graderío):


O si lo prefieres, podemos identificar a qué equipo apoyaba esta 'valiente multitud' (de 25 personas, 15 de los cuales eran policías) que se presentó al estadio Capwell para apoyar al equipo visitante?

¿Te queda dudas? Por qué no preguntas la opinión de un periodista argentino sobre lo que una verdadera hinchada significa para su equipo? Tal vez eso te ayude a aclarar tus ideas, y a darte cuenta a quienes intentaste llamar 'noveleros'.

¿Qué pasó ahora, ligay? Después de haber revisado todos los links de este post, ¿aún tienes ánimo para llamar "noveleros" a los emelecistas? No, seguramente no. Así que, si ya terminaste de leer, ya puedes largarte de este blog, salir corriendo a tu habitación, meterte bajo la cama, llorar a gritos, despegar del techo y romper tu poster de Bieler, y maldecir a tu equipo, tal como haces cuando le va mal. El fútbol es cosa de hombres, asi que mejor deja que los hombres hablemos de fútbol.